Los gobiernos de ambos países celebraron sendos actos frente a sus respectivos parlamentos.
En Camberra, el gobernador general, David Hurley, representante de la monarquía británica en el país oceánico, ensalzó en un discurso la figura de la "agradable y gloriosa" reina Isabel II y deseó al nuevo jefe de Estado del Reino Unido, quien llevará el nombre de Carlos III, un reinado "largo y feliz".
"Su Majestad (Isabel II) fue la única monarca reinante que visitó Australia y quedó claro desde su primer viaje que tenía un lugar especial en nuestros corazones", apuntó el primer ministro australiano, Anthony Albanese, en un comunicado al indicar que el país celebrará el 22 de septiembre un día de luto nacional.
Además de los representantes del gobierno, a la ceremonia de la capital australiana también acudieron representantes de la minoría aborigen que realizaron cánticos y el ritual del fuego en honor del nuevo monarca.
Por su parte, en Wellington, la primera ministra, Jacinda Ardern, agradeció el "estrecho vínculo" que la difunta monarca mantenía con Nueva Zelanda y recordó el "profundo afecto" que Carlos III ha mostrado con el país durante sus visitas.
“Y así como se cierra un capítulo, comienza otro”, remarcó Ardern en un ceremonia que transcurrió en inglés y en el idioma maorí.
Los actos en estos países oceánicos siguen a la ceremonia similar realizada ayer en el Reino Unido, para la ascensión al trono de Carlos III tras el fallecimiento de la reina Isabel II, a los 96 años y cuyo reinado duró 70 años.
Además de estas dos naciones, Carlos III también será proclamado jefe de Estado en Papúa Nueva Guinea, Islas Salomón y Tuvalu, en la región del Pacífico.