La renuncia más reciente en la historia de la Iglesia católica es la de Benedicto XVI en 2013, pero el primero de todos los pontífices en tomar esta decisión fue Pietro Angeleri di Murrone, que asumió el nombre de Celestino V tras su elección en el verano de 1294.
La visita de Francisco a la tumba de Celestino V ha generado cierta expectación, ya que se produce después de meses de rumores sobre una posible renuncia y en medio del octavo consistorio de Jorge Bergoglio, el primero que se celebra en pleno agosto.
El papa nombró ayer, sábado, a 20 nuevos cardenales, entre ellos un español y cuatro latinoamericanos, y el lunes y el martes celebrará una reunión con todos los purpurados del mundo para reflexionar sobre la nueva Constitución Apostólica "Praedicate Evangelium", que reforma la organización de la Curia, la administración de la Iglesia católica.
En esta cita, aquellos que elegirán al futuro pontífice tras Francisco podrán verse y conversar para conocerse un poco mejor, tal y como afirmó este sábado el arzobispo emérito de Cartagena de Indias (Colombia), Jorge Enrique Jiménez Carvajal, en un encuentro con los medios.
"Yo pienso que (Francisco) no está en retirada, creo ha corrido una voz en el mundo de que está en retirada. Yo nunca creí, pero ahora que lo vi personalmente... 'Tenemos papa Francisco para mucho rato'", opinó.
TERREMOTO DE 2009
Bergoglio ha viajado a primera hora de este domingo a L'Aquila en helicóptero, donde ha sido recibido por el arzobispo de esta ciudad italiana, capital de la región de los Abruzos, el cardenal Giuseppe Petrocchi; y por otras autoridades locales.
Seguidamente ha podido reunirse en la plaza frente a la catedral con los afectados por el terremoto de 2009, a quienes les ha reconocido su "capacidad de resistencia".
"Arraigada en su tradición cristiana y cívica, les ha permitido resistir el impacto del terremoto y comenzar inmediatamente la valiente y paciente labor de reconstrucción", sostuvo, al tiempo que animó a la reconstrucción de la localidad de una forma que involucre a toda la "comunidad cívica y eclesial".
APERTURA DE LA PUERTA SANTA
La visita del pontífice argentino ha estado vinculada a una fecha importante, el 29 de agosto de 1294, cuando Celestino V fue nombrado papa en una ceremonia a la que asistieron cardenales, nobles, el rey Carlos II de Anjou y su hijo Carlos Martel, así como una multitud de fieles.
El papa argentino ha aprovechado la ocasión para presidir una misa en la plaza de la Basílica de Santa María en Collemaggio, donde está enterrado Celestino V.
"Este hombre parece darse cuenta plenamente de lo que hemos escuchado en la primera lectura: 'Cuanto más grande seas, más humilde te harás, y hallarás gracia ante el Señor'", dijo Francisco.
"Precisamente por serlo, los humildes parecen débiles y perdedores a los ojos de los hombres, pero en realidad son los verdaderos ganadores, porque son los únicos que confían plenamente en el Señor y conocen su voluntad", añadió, al tiempo que explicó que "la humildad no consiste en desvalorizarnos, sino en ese sano realismo que nos hace reconocer nuestro potencial y también nuestras miserias".
Una vez concluida la celebración eucarística, el papa rezó el Ángelus y abrió la Puerta Santa, que permitirá a los fieles obtener la indulgencia plenaria durante la 728 ª edición del "Perdón Celestino" este 28 y 29 de agosto.
Finalmente, el papa se dirigió frente a la tumba de Celestino V para permanecer en privado durante unos momentos de oración.
La visita duró unas cuatro horas y después Francisco regresó al Vaticano.