"Hace algunas horas, las autoridades de Tigré robaron 570.000 litros de combustible destinados para las operaciones del PMA en esa región. Millones de personas morirán de hambre si no tenemos combustible para entregar alimentos", indicó en su cuenta de la red social Twitter el director del PMA, David Beasley.
"Esto es indignante y vergonzoso. Exigimos la devolución del combustible de inmediato", añadió Beasley.
El hurto se produjo la mañana del miércoles, cuando hombres armados del Frente Popular de Liberación de Tigré (FPLT) entraron por la fuerza en el almacén del PMA en Mekele (capital regional), llevándose doce camiones cisterna.
El Gobierno de Etiopía, que libra una guerra con los rebeldes desde 2020, tildó este jueves el robo de "crimen de guerra" y urgió a la comunidad internacional a dar "garantías" de que la ayuda humanitaria llega a los necesitados en Tigré.
El portavoz del secretario general de la ONU, Stéphane Dujarric, también condenó este miércoles desde Nueva York "cualquier saqueo o confiscación de bienes e instalaciones humanitarias" e hizo "un llamamiento a todas las partes para que cumplan con sus obligaciones en virtud del derecho internacional humanitario".
Igualmente, el Departamento de Estado de Estados Unidos lamentó el hurto de los rebeldes tigrinos.
"EE.UU. se une a la ONU para expresar su preocupación por los doce camiones de combustible incautados por el FPLT. Ese combustible estaba destinado a la entrega de asistencia humanitaria esencial para salvar vidas y condenamos cualquier acción que impida que esa ayuda llegue a los etíopes que la necesitan", señaló en Twitter.
También este miércoles, el Gobierno central etíope y los rebeldes del FLPT reanudaron sus hostilidades en Tigré.
El FPLT, partido que gobernaba la región de Tigré cuando estalló el conflicto armado, acusó al Ejército etíope de empezar este miércoles una "amplia ofensiva" con el apoyo de tropas especiales y milicias de la vecina región de Amhara.
Según los rebeldes, el Ejecutivo central "ha intensificado la guerra genocida contra el pueblo de Tigré mediante su flagrante violación del acuerdo de cese de las hostilidades vigente durante unos pocos meses".
Sin embargo, el Servicio de Comunicación del Gobierno etíope acusó al FPLT de "violar oficialmente el alto el fuego" con "un ataque" lamzado en el sur de Tigré.
Efe no ha podido comprobar la veracidad de las dos versiones debido a la restricción del acceso a Tigré.
La reanudación de las hostilidades marca el fin de la "tregua humanitaria indefinida" declarada el pasado marzo por el Gobierno y el compromiso de los rebeldes para un "cese de las hostilidades" si llegaba esa ayuda.
También supone un mazazo para los intentos de iniciar conversaciones de paz entre el Ejecutivo que dirige el primer ministro etíope, Abiy Ahmed, y el FPLT.
Si bien ambas partes han mostrado en público en distintas ocasiones su interés por buscar una solución dialogada a esta guerra, durante los últimos meses se han acusado mutuamente de obstaculizar un posible proceso de paz.
Tras los últimos combates, tanto la ONU como la Unión Europea (UE) y la Unión Africana (UA) pidieron este miércoles el cese inmediato de la violencia y un regreso al diálogo.
La guerra empezó el 4 de noviembre de 2020, cuando Abiy ordenó una ofensiva contra el FPLT en respuesta a un ataque a una base militar federal y tras una escalada de tensiones políticas.
Miles de personas han muerto y unos dos millones han tenido que abandonar sus hogares debido a la violencia.