La refrigeración de empresas, locales comerciales y dependencias públicas no puede ser inferior a los 27 grados en el verano ni rebasar los 19 en el invierno, y es obligatorio el apagado nocturno de escaparates y edificios desocupados a partir de las 22 horas, entre otras medidas en vigor desde el 10 de agosto.
El Gobierno español de izquierdas, que aprobó el plan el día 1, consiguió hoy que el Congreso lo respaldara pese al voto en contra de los conservadores, la extrema derecha y los liberales.
En defensa del plan, la ministra de Transportes, la socialista Raquel Sánchez, argumentó en el debate parlamentario que el consumo energético se redujo un 9,5 % en España la última semana respecto a la anterior y un 8,5 % en comparación con el mismo periodo del año pasado.
Acusó al Partido Popular (PP), el principal de la oposición, de "conservadurismo retrógrado y negacionista", que contrasta con la derecha europea "moderna".
El plan ha suscitado críticas del PP y de regiones donde gobierna, con Madrid a la cabeza, que cuestionan su efectividad y afean que no se acordara con ellos ni con los sectores económicos afectados.
Los diputados de izquierda, incluidos casi todos los ministros, asistieron a los debates parlamentarios de hoy sin corbata, después de que el jefe del Gobierno, el socialista Pedro Sánchez, recomendara a los cargos públicos prescindir de esta prenda cuando no sea necesaria para "ahorrar desde el punto de vista energético".