La Autoridad Nacional de Gestión de Desastres de Pakistán (NDMA) informó de la muerte de 937 personas, 34 en las últimas 24 horas, incluyendo a 17 niños.
Las fuertes lluvias han dejado además al menos 1.343 heridos desde que comenzaron el pasado 14 de junio.
Aunque la NDMA afirmó que cuatro millones de personas se han visto afectadas por las inundaciones, la ministra de Cambio Climático, Sherry Rehman, elevó esta cifra a treinta millones en diversas partes del país asiático.
"Unos treinta millones de personas se han quedado sin hogar", dijo Rehman durante una rueda de prensa, en la que calificó las lluvias de "emergencia nacional".
La ministra precisó que el país ha recibido unas precipitaciones 241 % superiores a lo normal solo en el mes de agosto, con algunas provincias como la sureña Sindh recibiendo un alarmante 784 % más.
"Se trata de la principal crisis de Pakistán en este momento (...), miles se encuentran sin hogar, muchos sin comida y aislados", señaló.
Rehman añadió que el país no puede recuperarse por sí solo de los daños causados por este "monzón monstruoso", y pidió ayuda de la comunidad internacional.
"Las lluvias sin respiro significan que no tenemos tiempo para nada más que las operaciones de rescate", dijo.
Las autoridades paquistaníes han movilizado a las fuerzas de seguridad en las labores de salvamento, y la oficina de comunicación del Ejército paquistaní (ISPR) afirmó hoy que unas 40.000 personas han sido evacuadas.
El jefe de coordinación humanitaria de Naciones Unidas, Martin Griffiths, anunció que la organización ha movilizado tres millones de dólares para dar respuesta urgente a las inundaciones en Pakistán.
"Este fondo ayudará a nuestras agencias y colaboradores a proveer asistencia a 90.000 de las personas más afectadas", dijo.
Pakistán se encuentra entre los 10 países más afectados por el cambio climático en el mundo. Esta nación del sur de Asia también fue testigo de una intensa ola de calor a principios de este año que causó numerosos muertos y pérdidas en propiedades de miles de personas.
Durante la época del monzón en el sur de Asia -de junio a septiembre-, los corrimientos de tierra y las inundaciones son habituales y, además de víctimas, se producen importantes daños materiales.