Las proyecciones indican que el número de jóvenes desempleados bajará en 2 millones en 2022 frente a 2021, a pesar de lo cual seguirá habiendo en el mundo 6 millones más de jóvenes desempleados que antes de la crisis sanitaria.
El año pasado, la tasa de desempleo juvenil se situó en el 15,6 %, tres veces más que la de los adultos, lo que en términos absolutos indica que 75 millones de jóvenes buscaban empleo, pero no lo consiguieron.
La brecha de género también da pocas señales de reducirse en el mercado laboral juvenil y es mayor en los países de ingresos medios y bajos que en los países de ingresos elevados.
En esos grupos de países, la recuperación del empleo juvenil será dispar y se estima que sólo los países de ingresos altos alcanzarán a finales de este año un nivel de desempleo juvenil comparable al de 2019.
En el resto, el desempleo juvenil se mantendrá al menos un punto porcentual por encima del valor registrado antes de la crisis sanitaria.
No obstante, la guerra en Ucrania tendrá efectos particularmente perniciosos en el empleo juvenil en Europa y Asia Central, donde se prevé que al culminar 2022 habrá un 16,4 % y un 14,9 %, respectivamente, de jóvenes desempleados, un 1,5 % más que la tasa mundial.