“El misil ruso es un escupitajo de (el presidente ruso) Vladímir Putin en la cara del secretario general de la ONU, António Guterres, y el presidente de Turquía, Recep (Tayyip) Erdogan”, afirmó el portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores de Ucrania, Oleg Nikolenko, al condenar el ataque al puerto de Odesa.
A su vez, el presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, declaró que el ataque a Odesa “demuestra solo una cosa: da igual lo que Rusia prometa siempre encontrará una manera de no cumplirlo”.
Misiles y artillería, la apuesta rusa
Si el ataque al puerto de Odesa no causó víctimas, en la localidad de Kropinitski, en el centro del país, al menos tres personas murieron y otra 16 resultaron heridas tras el impacto de 13 misiles rusos Kalibr en un aeródromo militar y una instalación ferroviarias, según las autoridades regionales.
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El Ministerio de Defensa de Rusia informó hoy de varios ataques con misiles y artillería contra posiciones de las fuerzas ucranianas, a las que, según el parte castrense, infligió centenares de bajas.
Sin embargo, el mando militar ruso no hizo mención de avance alguno sobre el terreno.
“Solo con misiles no se gana una guerra”, afirmó en su canal de Telegram Ígor Guirkin, el retirado oficial ruso que lideró bajo el alias de “Strelkov”, la sublevación armada prorrusa en el Donbás en 2014.
Advierten en Rusia de que se necesitan más efectivos
Guirkin, uno de las voces más críticas en Rusia con la conducción de las operaciones militares, señaló que el mayor problema que experimentan las fuerzas rusas que actúan en Ucrania es la falta de efectivos, algo que solo puede solucionarse mediante una movilización parcial de la población.
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Pero el Kremlin insiste que "todo marcha acuerdo al plan" y niega planear una movilización incluso parcial debido al carácter impopular de la medida y a que supondría admitir que su "operación especial" es una guerra, palabra prohibida en los medios rusos.
"En estos momentos el Ejército ruso lo único que puede hacer es repeler ataques. No está en condiciones de lanzar ofensivas como las de Severodonetsk y Lisichansk", dijo el militar retirado en alusión a las operaciones que concluyeron hace unas semanas con la captura de esas dos ciudades de la región oriental ucrania de Lugansk.
Ucrania se prepara para una contraofensiva en el sur
La pausa operativa rusa está siendo aprovechada por el Ejército ucraniano para preparar una contraofensiva en el sur con el objetivo declarado de recuperar la ciudad de Jersón, capital de región homónima en la margen izquierda del Dniéster, controlada por las fuerzas rusas desde marzo pasado.
Según el asesor de la Presidencia ucraniana Oleksiy Arestóvich, el ejercito de Ucrania ha conseguido prácticamente cercar una agrupación militar rusa poco más de mil hombres en localidad de Visokopillia, en la frontera administrativa entre las regiones de Jersón y Mykolaiv.
“La única salida que tienen se encuentra bajo el fuego de nuestra artillería”, dijo Arestóvich en declaraciones al canal de YouTube Feigin Live, en las que destacó que “es la primera vez que las tropas rusas quedan en una bolsa”.
Arestóvich recalcó que los militares que se encuentran en lo que denominó "cerco táctico" no tienen más alternativa que deponer las armas.
Rusia refuerza la defensa de Jersón
Ante los preparativos ucranianos Rusia refuerza la defensa de Jersón, según la Dirección Central de Inteligencia (DCI) del Ministerio de Defensa de Ucrania, con el envío de armamento y pertrechos camuflados como ayuda humanitaria.
El DCI indicó hoy en su página de Facebook que más 20 camiones "civiles" pintados de blanco, con banderas de Rusia y el símbolo de Rusia Unida, la formación gubernamental rusa llegaron la región de Jersón, después que la artillería ucrania destruyeran varios arsenales rusos.
Las tropas rusas que se encuentran en Jersón almacenan los pertrechos en escuelas y otros edificios de uso civil, añade el comunicado.