REDACCIÓN INTERNACIONAL. La escasez de oferta del diésel a nivel mundial está impactando ya en la región. Uno de los primeros en ver cómo afecta a su economía es Argentina.
Uno de los principales motivos de la escasez de este tipo de combustible es la guerra en Ucrania, sin embargo los mercados sugieren que este conflicto bélico, iniciado en febrero pasado entre rusos y ucranianos, más sanciones de países de Occidente a Moscú; se sumó a las secuelas económicas generadas por la pandemia de coronavirus.
Durante la crisis sanitaria, que provocó un parón global, las refinerías de petróleo también redujeron su producción.
El presidente Joe Biden pidió a las refinerías que produzcan más y les instó a ayudar para reducir los precios: “Las empresas deben tomar acciones inmediatas para aumentar la oferta de gasolina, diésel y otros productos refinados”, escribió en una misiva.
Mientras, la Agencia Internacional de la Energía (AIE) presionó a los productores de la OPEP para que saquen más crudo en el mercado ante las previsiones de un difícil equilibrio el año próximo entre la oferta y una demanda que acelerará su crecimiento.
Impacto en Argentina
Según datos de la Federación Argentina de Entidades Empresarias del Autotransporte de Cargas, 21 de los 24 distritos en los que se divide el país sufren problemas de abastecimiento de gasoíl o diésel, un combustible muy utilizado para la maquinaria agrícola, los camiones y los ómnibus de pasajeros, entre otros, informó la agencia EFE.
El “mapa de abastecimiento” creado por la entidad empresarial muestra que, excepto las provincias productoras de hidrocarburos del sur del país, el resto de los distritos tiene dificultades para acceder al combustible.
El presidente del gremio dijo que “la situación se complica con el paso de los días y lo que nos genera mayor preocupación es que no vemos soluciones concretas a corto plazo”.
La falta de gasóleo se viene registrando desde hace dos meses, cuando los productores rurales denunciaron que no tenían suficiente combustible para levantar sus cosechas y luego transportarlas a los sitios de acopio y los puertos de exportación.
Pero la escasez se ha agudizado y extendido por las regiones centro y norte del país y generando severos problemas en el transporte de cargas y de pasajeros.
En algunas localidades, incluso, el abastecimiento está regulado. Las estaciones de servicio cargan hasta 20 litros de gasoíl por automóvil o vehículo.
Según publica el periódico argentino La Nación, de las 21 provincias afectadas unas 14 están rojo, lo que indica que en estas comunidades el suministro es “muy bajo o nulo en las estaciones de servicio”.
La organización empresarial mencionó que la situación es crítica en Buenos Aires, Entre Ríos, Corrientes, Misiones, Santa Fe, Córdoba, Santiago del Estero, Tucumán, Salta, Jujuy, Chaco, Formosa, San Juan, y Mendoza.
Algunas provincias, como Misiones aplican una isla especial de carga y precio diferenciado para los vehículos con chapa extranjera, señala una publicación del periódico regional El Territorio.
Autoridades del sector energético también determinaron que los autos livianos y de transporte solo podrán cargar “Infinia Diésel” –el diésel de mayor calidad de YPF– a 240 pesos el litro (1,98 dólares, unos G. 13.000). La medida se aplica en las fronteras con Uruguay, Brasil y Paraguay.
“Esta medida busca limitar la demanda inusualmente alta asociada con el consumo fronterizo y logístico, donde se registra un crecimiento de más de 30% en algunos puntos del país”, indicaron desde la petrolera argentina YPF.