Durante los días 1 y 2 de junio ambas instituciones se reunieron para reflexionar sobre el avance de FORCYT, así como el papel de la cooperación científica y el desarrollo de la transición en Iberoamérica.
Hasta el momento, 19 países y 120 instituciones de ambos continentes participan en el diseño de un proyecto regional común para los países iberoamericanos, que impulse la colaboración científica y el avance tecnológico, informó este viernes la OEI en un comunicado.
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“Lo cambiante del contexto en el que nos encontramos requiere de una apuesta clara por la ciencia para que las decisiones tomadas se asienten sobre la solidez del conocimiento” señala el secretario general de la OEI, Mariano Jabonero, en la nota de prensa.
Añadió, “Iberoamérica no solo se encuentra afectada por el cambiante entorno global, sino que, además, nuestra región está en transición”.
Las metas de FORCYT son mejorar la calidad de la educación superior y la ciencia en Iberoamérica, como un paso más hacia la lucha contra el cambio climático, la desigualdad o las consecuencias negativas de la pandemia.
Gasto en investigación y desarrollo
Según un informe de la OSCE y el Banco de Desarrollo de América Latina (CAF), el gasto en investigación y desarrollo de la región iberoamericana comenzó a caer en 2015, si bien las publicaciones científicas se incrementaron un 74 %.
En ese sentido, el progreso de FORCYT en sus dos años de vida se refleja en la creación de ocho nuevas redes de investigación, un mayor reporte sobre gastos en I+D y el incremento de la cooperación entre las instituciones de educación superior y el tejido productivo, entre otras cosas.
“El presupuesto que Bruselas destina a cooperación en América latina nos obliga a profundizar y focalizar en los programas que tienen más impacto, como es este caso de FORCYT”, declaró durante las jornadas Jorge de la Caballería, jefe de la Dirección General de Asociaciones Internacionales de la Comisión Europea en América Latina y el Caribe.
Para la directora de la Representación de la Comisión Europea en España, María Ángeles Benítez Sala, el FORCYT es “un proyecto de valor que demuestra la importancia de la colaboración para defender, a través de la innovación y el desarrollo tecnológico, los valores democráticos y el desarrollo humano sostenible”.
Los participantes en las jornadas destacaron que la cooperación científica es vital para el bienestar de los países y que, sin invertir más en innovación, no será posible alcanzar los objetivos de transición digital y verde sin dejar a nadie atrás.