En el comunicado emitido ayer por la Cancillería china y los medios oficiales del país tras la reunión virtual entre Bachelet y el presidente del país, Xi Jinping, se recoge que la alta comisionada había expresado que la visita "le ayudará a entender mejor" a China y que admira "los esfuerzos y logros de China a la hora de erradicar la pobreza y de proteger los derechos humanos o de progresar en su desarrollo económico y social".
El comunicado de la ONU en el que clarifica sus palabras, sin embargo, no hace mención a esta frase: durante la reunión, Bachelet se limitó a expresar que tenía el "compromiso" de realizar esta visita a China porque para ella "es una prioridad tratar directamente con el Gobierno chino en materia de derechos humanos".
"Para que el desarrollo, la paz y la seguridad sean sostenibles, tanto a nivel local como transfronterizo, los derechos humanos son esenciales. China tiene que jugar un papel crucial con las instituciones multilaterales para afrontar muchos de los desafíos existentes en el mundo", dijo Bachelet, declaración que se omitió en el comunicado oficial chino.
Otra frase omitida pero sí recogida por la oficina de la ONU es que Bachelet busca "profundizar el debate con China" en esta materia o que espera "acompañar esfuerzos para fortalecer la promoción de los derechos humanos, la justicia y el estado de derecho para todos y sin discusión".
Pese a que Bachelet se encuentra desde el lunes en suelo chino para una visita de seis días, su cita con Xi fue virtual y en ella no se mencionaron directamente los presuntos abusos cometidos en la región occidental de Xinjiang, donde estarían o habrían estado recluidos cientos de miles de uigures y otras minorías musulmanas.
El mandatario chino sí defendió el "compromiso" del Partido Comunista para "proteger los derechos humanos" bajo la premisa de que la formación -de la que es secretario general- tiene como objetivo "la felicidad del pueblo chino" y "la modernización" de la nación.
Xi destacó que nadie tiene por qué enseñarle a China cómo defender los derechos humanos y que estos "no se deben politizar" para "interferir" en los asuntos internos de otros países.
La visita de Bachelet se ha visto enturbiada por la publicación de nuevos documentos, producto de una filtración, sobre la vida en el interior de los campos de reeducación en Xinjiang, donde estarían o habrían estado recluidos cientos de miles de uigures y otras minorías musulmanas.
Estos muestran incluso un fragmento de un discurso de un jefe local del partido en el que se insta a los guardias a disparar a matar contra todo detenido que intente alejarse de los centros.
Además, varias organizaciones y gobiernos occidentales también han puesto en tela de juicio la utilidad de la visita de Bachelet, que tiene lugar dentro de una "burbuja" sin contacto con el exterior -oficialmente, debido a la pandemia- y sin acceso para la prensa.
Varias ONG avisaron en las últimas semanas que China no dará a Bachelet acceso independiente a Xinjiang y mostraron su temor a que Pekín utilice la visita con fines propagandísticos.
La visita, indicaron, tampoco es excusa para que la oficina que dirige Bachelet continúe retrasando la publicación de su informe sobre los abusos que sufren los uigures, que la propia alta comisionada confirmó que estaba por terminar en septiembre de 2021.