La infraestructura petrolera, que transporta el crudo de los yacimientos de la Amazonía peruana hasta la costa del océano Pacifico, permaneció paralizada durante 74 días, desde que el 4 de octubre comenzase la toma de la Estación 5, punto neurálgico del oleoducto al ser la confluencia de sus dos ramales.
La petrolera estatal Petroperú, operador del oleoducto, informó este domingo en un comunicado de que el oleoducto vuelve a estar operativo desde el miércoles 22 de diciembre, cuando comenzó a bombear los 340.000 barriles de petróleo que se encontraban almacenados en la Estación 1 en dirección a la Estación 5.
Ese crudo pertenece a las empresas Perenco y PetroTal, encargadas de explotar los lotes 67 y 95, respectivamente, cuyo ritmo de producción se había visto afectado por la paralización del oleoducto.
Los indígenas que protagonizaban la protesta convocada por la plataforma de los Pueblos Afectados por la Actividad Petrolera (PAAP) aceptaron retirarse de las instalaciones de la Estación 5 después de que el Gobierno se comprometiese a iniciar unas negociaciones sobre sus demandas a partir del 15 de enero.
El retorno de los trabajadores de Petroperú a la Estación 5 se produjo el 17 de diciembre, cuando finalizó la invasión indígena que tuvo momentos de tensión, como cuando en noviembre los nativos elevaron su protesta al quemar un automóvil de la petrolera.
Para garantizar que estas actividades de transporte se desarrollen con normalidad y sin contratiempos, Petroperú patrulla el tramo I, así como el mantenimiento de todos los equipos de bombeo ubicados en todas las estaciones del oleoducto.
El oleoducto funciona desde 1977 a través de 1.106 kilómetros de tuberías que atraviesan la selva y los Andes, en un recorrido que cruza de este a oeste el territorio peruano.
Durante los últimos años, varias roturas tanto accidentales como provocadas en esta tubería han causado sucesivos derrames de crudo en la Amazonía.