Así consta en el informe preliminar que la directora gerente del organismo global, Kristalina Georgieva, ha presentado en Bruselas a los ministros de Finanzas de la zona euro (Eurogrupo).
"Estos factores sugieren la posibilidad de revisiones modestas en la actualización de enero de nuestras previsiones actuales", apunta el informe.
En una rueda de prensa en Bruselas, Georgieva explicó que el repunte de las infecciones por coronavirus está llevando a un "debilitamiento" de la economía de la zona euro durante el cuarto trimestre del año y "posiblemente" el primer trimestre de 2022 que explicaría estas revisiones a la baja.
Las proyecciones actuales del FMI prevén un crecimiento del PIB de la eurozona del 5 % en 2021 y del 4,3 % en 2022.
No obstante, la búlgara subrayó que la situación actual es "mucho mejor" de lo previsto el pasado año gracias a los niveles de vacunación y las medidas de apoyo para contrarrestar la pandemia.
El documento destaca que la economía de la zona euro se está recuperando "rápidamente" gracias a los elevados niveles de vacunación, pero añade que la "incertidumbre" sigue siendo "alta" y está vinculada a la evolución y legado de la pandemia.
Con respecto a la inflación, el informe del FMI pronostica que disminuirá en 2022 a pesar de haber alcanzado niveles "históricos", a medida que se disipan los factores que han impulsado los precios este año.
El FMI cree que los Gobiernos de la eurozona deberían seguir adoptando una política fiscal de apoyo para sustentar la recuperación, pero advierte de que este debería "centrarse cada vez más en los sectores y hogares más afectados" puesto que conforme se recuperan el consumo privado y el mercado laboral habrá una menor demanda de ayudas amplias, como los planes de protección del empleo.
Georgieva apuntaló esta idea en su comparecencia posterior al Eurogrupo, en la que también señaló que "la agilidad y la coordinación siguen siendo clave para la recuperación".
"Una vez que la fase de expansión esté asentada, los países con alto nivel de deuda, en particular, tendrán que reconstruir gradualmente sus colchones fiscales. Si bien el calendario de la consolidación dependerá de las circunstancias de cada país, ya deberían presentarse ahora planes de consolidación creíbles a medio plazo", dice el Fondo.
El organismo de Washington aboga además por una reforma de las normas comunitarias de control del déficit y la deuda públicos para hacerlas más "eficientes" a la hora de evitar problemas de deuda ya que volver a aplicar el actual marco fiscal "requeriría grandes ajustes poco realistas y contraproducentes en algunos países altamente endeudados".
Bruselas se ha propuesto llegar a un acuerdo para reformar estas reglas, que fueron suspendidas en marzo de 2020 por la pandemia, antes de volver a activarlas en 2023.
El FMI señala que, como "podría ser difícil" alcanzar consenso entre los países antes de esa fecha, sería "deseable" lograr un "acuerdo transitorio temporal" hasta que entren en vigor las nuevas normas.
Georgieva advirtió de que la fase de transición debería ser lo más parecida posible al diseño fiscal de las reglas fiscales, cuyo objetivo debe ser no "sofocar" las inversiones de los países de la moneda común.