Descalzo y sobre una fina cinta de 2,5 centímetros de grosor, el célebre equilibrista atravesó con delicadeza, como si estuviera flotando, el espacio que separa los morros de Babilônia y Urca, muy cerca del Pan de Azúcar, una de las principales atracciones turísticas de Río.
El joven, nacido en 1994, completó los 500 metros en una media hora, ante la atenta mirada de vecinos y turistas que siguieron con atención la espectacular maniobra desde playa ‘Vermelha’ (Roja), situada entre los dos cerros.
Paulin, extremadamente concentrado y atado a la cinta con una cuerda de seguridad, “voló” sobre la franja de arena entre los aplausos y los vítores de la multitud.
En declaraciones a la prensa tras pisar tierra firme, afirmó que sintió "mucha emoción" por concretar la hazaña, tras haberla aplazado por la pandemia de coronavirus, que ya ha causado más de 615.000 muertes en el país suramericano.
A 80 metros sobre el suelo, Paulin indicó que se concentró al máximo e intentó "no pensar en cosas negativas" para evitar errores.
También manifestó que le dio tiempo a disfrutar desde las alturas del bello perfil urbano de Río, del mar y hasta de los pájaros que pasaban cerca de él.
La actuación contó además con una coreografía de Rachid Ouramdane, director del reputado Teatro Chaillot de Francia, en la que propuso una reflexión sobre la capacidad del ser humano de "preservar los ambientes" en los que evoluciona, dentro del proyecto "Les Traceurs".
Paulin es un enamorado de la montaña desde que era un niño y comenzó a practicar el funambulismo (el arte de caminar sobre una cuerda o alambre tensado) en 2011. Hoy es uno de los "highliner" más populares del mundo después de establecer una decena de récords mundiales.
Su travesía sobre el vacío más larga la firmó el 9 de junio de 2017, cuando recorrió 1.662 metros, a una altura de 300 metros, en el Circo de Navacelles. Ese año también completó los 670 metros que separan la Torre Eiffel de la plaza del Trocadero, que se terminó convirtiendo en su representación más popular.