La lava del volcán de La Palma encuentra su salida al mar sin más daños

La lava que mana desde hace 55 días del volcán de Cumbre Vieja en la isla canaria de La Palma está encontrando su salida hacia el mar, donde ha creado un nuevo delta, sin originar nuevos daños importantes a su paso.

Vista de la colada de lava, este miércoles, del volcán Cumbre Vieja en La Palma.Luismi Ortiz
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La lava de una de las coladas llegó el pasado miércoles a la zona de la playa de Los Guirres, donde entró en contacto con el océano Atlántico y comenzó a formar un segundo delta (o fajana como se denomina en Canarias).

En las últimas horas, la lava ha sepultado casi toda la playa, un local de hostelería y ha ido ampliando la superficie ganada al mar.

El director técnico del Plan Especial de Protección ante Riesgo Volcánico de Canarias (Pevolca), que coordina todas las actuaciones relacionadas con la erupción, Miguel Ángel Morcuende, señaló que la mayor parte de los ríos de lava están estables y discurriendo a través de las coladas primigenias.

Ello ayuda a que no se produzcan más daños, porque "toda la energía está encontrando salida" y no se ha incrementado la altura de las coladas ni estas están encontrando diques que las hagan desbordarse, lo que sí generaría problemas.

Pese a ello, la colada número 2 sí está recibiendo una pequeña alimentación que la ha llevado a unirse a la primigenia, la que formó el primer delta lávico el 29 de septiembre y lo está "haciendo crecer".

Otra da las coladas, la número 9, se está moviendo, aún con un aporte mínimo pero perceptible, señaló el experto, y lo deseable sería que no encontrase dificultades para alcanzar lo antes posible el mar sin "esponjamientos" que puedan causar daños en haciendas o cultivos. Si finalmente alcanza la costa podría formarse un tercer delta lávico.

Preguntado por si se pueden dar por "muertas" el resto de coladas, Morcuende indicó que no se puede realizar tal afirmación, ya que todo depende "de la topografía del cono" y en particular, de por dónde se producen las zonas de evacuación del magma, porque si no "cabalgan" encima de las coladas ya existentes "tendríamos problemas". Esta posibilidad puede ocurrir si el cono del volcán se rompe de nuevo.

En las últimas horas se ha producido un descenso en la sismicidad de niveles intermedios y, en cuanto a la de gran profundidad, se han registrado siete eventos a lo largo de este viernes, en un nivel descendente tras alcanzar su máximo hace dos días, aunque los científicos insisten en que "no vale mirar a corto plazo, sino mirar las tendencias a largo plazo".

Tanto la sismicidad como la emisión de dióxido de azufre (SO2) del volcán muestran valores a la baja tras el repunte registrado hace dos días, mientras que la deformación más cercana a la emisión registra una disminución vertical que se ha ido frenando en las últimas horas.

La altura del penacho de ceniza y gases ha alcanzado hoy los 2.900 metros y el viento soplará de este a norte, lo que hará girar la nube de cenizas al sur-suroeste y no se descarta que llegue ceniza fina a la vecina isla de El Hierro.

Ello también provocará que en las próximas 36-48 horas haya un escenario favorable para la operatividad en los aeropuertos.

La emisión de dióxido de azufre asociada al penacho oscila entre las 7.000 y las 21.000 toneladas, lejos de las más de 50.000 que se registraron el 23 de septiembre, y la emisión difusa de dióxido de carbono asociada a la dorsal de Cumbre Vieja se aproxima a las 1.850 toneladas diarias.

La calidad del aire es este viernes razonablemente buena y solo en algunas zonas se recomienda permanecer en interiores y usar mascarilla FFP2 en caso de salir al exterior.

Tras 61 días de emergencia y 55 de erupción, la superficie arrasada por la lava es de 1.009 hectáreas (3,63 más que ayer).

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