El barril de Brent del mar del Norte para entrega en diciembre volvió a acercarse a los US$ 86,74, un nivel que no alcanza desde octubre de 2014. Finalmente terminó en alza de 0,47% a US$ 86,40 dólares.
En tanto el barril de West Texas Intermediate (WTI) para igual entrega rozó los US$ 85 al tocar US$ 84,88 para cerrar en alza de 1,06% a US$ 84,65.
Un día antes de la publicación del informe semanal de reservas estadounidenses de crudo, muchos operadores se preocuparon al constatar un nuevo descenso de las reservas comerciales en los reservorios de Cushing (Oklahoma) , principal punto de acopio del WTI, explicó Matt Smith, responsable de análisis petrolero del proveedor especializado de datos Kpler.
En la semana que terminó el 15 de octubre los stocks cayeron a 31 millones de barriles (mb) en Cushing, algo más de la mitad apenas de su nivel de hace un año, cuando alcanzaban los 60 mb.
“No es un secreto que esperamos un nuevo descenso, y eso pone a algunos nerviosos” , señaló Smith, que destaca que las reservas de gasolina, carburante doméstico y propano, son sensiblemente inferiores a su media de los últimos cinco años en igual período, a poco de comenzar el invierno boreal.
El mercado también se ve alimentado por los fondos especulativos, que se posicionan cada vez más masivamente al alza.
Posición de la OPEP
La escalada del precio del crudo continúa sin que los productores de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) muestren planes para incrementar la oferta, a pesar de que la recuperación pospandemia continúa impulsando la demanda.
El grupo de productores agregará 400.000 barriles al día a su bombeo a partir de noviembre, como estaba planeado, pero ha rehusado hasta ahora revisar al alza ese umbral.