La compañía explicó en un comunicado que la solicitud “apoya la continuidad de los avances en las negociaciones con las diversas partes interesadas en el procedimiento Capítulo 11″ de la Ley de Quiebras de Estados Unidos, al que se acogió de forma voluntaria en mayo de 2020 tras el golpe económico que le asestó la pandemia.
La decisión, que permite a una empresa que no puede pagar sus deudas reestructurarse sin la presión de los acreedores, incluyó tanto a la matriz -que cotiza en la Bolsa de Nueva York y en la de Santiago- como a sus filiales en Chile, Perú, Colombia, Ecuador y EE.UU.
Durante esta misma jornada, la firma dio a conocer una propuesta de financiación por 12.000 millones de dólares presentada por un grupo de acreedores ad-hoc representado por Moelis & Company y White & Case LLP, opción que se suma a otras opciones que se siguen negociando con miras a salir con éxito del proceso de reorganización.
El pasado septiembre, la compañía publicó su plan de negocios a cinco años y proyectó la recuperación de su rentabilidad a niveles previos a la emergencia sanitaria para 2024, con aumento del resultado operacional del 78 %.
Latam, nacida en 2012 de la fusión entre la chilena Lan y la brasileña Tam, volaba antes de la pandemia a 145 destinos en 26 países y operaba aproximadamente 1.400 vuelos diarios, transportando a más de 74 millones de pasajeros anuales.
Con la pandemia, redujo su operación hasta en un 95 % y concluyó en 2020 con una caída de sus ingresos operacionales a un 58,4 % y una pérdida neta de 4.545,9 millones de dólares.