Así lo refleja el informe anual de Unicef sobre la situación de la infancia en el mundo, difundido hoy y centrado en esta ocasión en la salud mental.
El "Estado Mundial de la Infancia 2021. En mi mente: promover, proteger y cuidar la salud mental de la infancia" es el análisis más completo hecho por Unicef sobre esta materia y revela que antes de la covid-19 la infancia y la juventud ya sufrían estos problemas "sin que se hicieran las inversiones necesarias para solucionarlos".
Tan solo alrededor del 2 % de los presupuestos de salud de los gobiernos se destinan a la salud mental en todo el mundo, denuncia esta agencia de las Naciones Unidas.
EL 68 % DE LOS JÓVENES ESPAÑOLES "A VECES" SE SIENTEN DEPRIMIDOS
Según los primeros resultados de una encuesta internacional realizada por Unicef y Gallup entre niños y adultos de 21 países, que se adelanta en el "Estado Mundial de la Infancia 2021", una media de uno de cada cinco jóvenes de entre 15 y 24 años encuestados dijo que a menudo se siente deprimido o tiene poco interés en realizar algún tipo de actividad.
En España, los resultados de la encuesta revelan que el 58,3% de los jóvenes de entre 15 y 24 años reconocen sentirse preocupados, nerviosos o ansiosos "a menudo" y el 36,1% "a veces". Además, el 11,5% asegura que están deprimidos o tienen poco interés en hacer cosas "a menudo" y el 68,2% "a veces".
A pesar de que el impacto de la pandemia en la salud mental y el bienestar emocional de los niños y adolescentes españoles es "innegable", la agencia de las Naciones Unidas afirma que, si cuentan con el entorno y las herramientas adecuadas, "la mayoría serán capaces de normalizar sus vidas y tener una evolución positiva".
Sin embargo, hay grupos especialmente vulnerables, como quienes ya tenían algún trastorno previo, las víctimas de violencia, los que sufrieron aislamiento, separaciones y/o duelos debido a la covid-19, los que están en riesgo de pobreza infantil, y los niños migrantes y solicitantes de asilo.
En España también está muy presente "el estigma asociado a los problemas de salud mental, si bien se observa que los propios niños y adolescentes están empezando a hablar cada vez más abiertamente de cómo se sienten y de sus necesidades", afirma el estudio.
Para acabar con este tabú, Unicef España recuerda que se debe contar con una Política Nacional de Salud Mental de la Infancia y la Adolescencia, tal y como recomendó el Comité de los Derechos del Niño de Naciones Unidas.
MÁS DE 1.600 MILLONES DE NIÑOS HAN SUFRIDO UNA PÉRDIDA EN EDUCACION
A medida que la covid-19 se acerca a su tercer año, las consecuencias para la salud mental y el bienestar emocional de los niños y los jóvenes siguen siendo "enormes", añade el informe.
Así, al menos uno de cada siete niños se vio directamente afectado por los confinamientos en todo el mundo y más de 1.600 millones sufrieron alguna pérdida en su educación. La alteración de las rutinas, la educación y el ocio, así como la preocupación de las familias por los ingresos y la salud, hacen que muchos jóvenes sientan miedo, rabia y preocupación por su futuro, resume el documento.
335.000 MILLONES DE EUROS: LAS PÉRDIDAS POR LOS TRASTORNOS MENTALES
Los problemas mentales diagnosticados, como el trastorno por déficit de atención e hiperactividad, ansiedad, autismo, trastorno bipolar, trastorno de la conducta, depresión, trastornos alimentarios, discapacidad intelectual y esquizofrenia, pueden perjudicar considerablemente la salud, la educación, las condiciones de vida y la capacidad para obtener ingresos de los niños y los jóvenes.
Aunque el impacto en la vida de los niños es incalculable, un nuevo análisis realizado por la Escuela de Economía y Ciencia Política de Londres, que también se incluye en el informe, revela que las pérdidas económicas debidas a los trastornos mentales que provocan discapacidad o muerte entre los jóvenes se estiman en casi 335.000 millones de euros (388.000 millones de dólares).