Bakri, cineasta palestino-israelí crítico con la ocupación: “No me acallarán”

Joan Mas AutonellJerusalén, 27 sep (EFE).- Mohamed Bakri, actor y director palestino de Israel, fue uno de los primeros en acceder al campo de refugiados cisjordano de Yenín tras los combates de abril de 2002 entre el Ejército israelí y milicias palestinas, donde presenció una cruda devastación plasmada en un documental que arrastra un polémico procedimiento judicial hasta hoy.

Mohamed Bakri, actor y director palestino
audima

Su obra, “Jenín, Jenín (Yenín, Yenín)”, que retrata una de las ofensivas militares más duras de Israel en Cisjordania durante la Segunda Intifada, llevó a Bakri a un largo periplo de procesos judiciales que este año culminó con el veto del documental por un tribunal israelí, una decisión que el cineasta ve como una “persecución política” destinada a acallar a los críticos.

"Esta sentencia busca destruirme, hacerme callar la boca y alertar a otros para que no traten cuestiones como las del documental", dice en una entrevista a Efe este veterano artista de 68 años, conocido entre el público de Israel por ser uno de los primeros actores árabes que se hizo un hueco en el cine y el mundo teatral del país.

Sin embargo, la publicación de "Jenín, Jenín" en 2002, en el que dio voz a población civil palestina del campo de refugiados -arrasado tras dos semanas de enfrentamientos que se saldaron con la muerte de más de 50 palestinos y más de 20 soldados israelíes- le "cerró todas las puertas" de la escena cultural israelí, remarca.

DEL ÉXITO AL OSTRACISMO

"Desde hace más de quince años no puedo aparecer ante la audiencia israelí porque estoy vetado. El cine y teatro oficiales me boicotean", asegura Bakri, que se tuvo que buscar la vida con producciones internacionales o impulsando sus propias obras.

Según lamenta, la polémica por el documental le convirtió en un paria entre el poder y los círculos culturales más oficialistas, que no quieren que la historia de episodios como la denominada "Batalla de Yenín" contradiga "el relato israelí".

"Si no hubiera habido una campaña mediática contra mí y contra la película, tal vez esta habría tenido otros efectos", considera. Sin embargo, "ahora todo el mundo en Israel está seguro de que el documental es propaganda, pero casi nadie lo vio y esto no es verdad", denuncia.

UNA LARGA ODISEA JUDICIAL

Poco después de su estreno, un comité de censura llegó a vetar la película, una medida que Bakri logró tumbar tras apelar al Tribunal Supremo.

Varios soldados también le denunciaron después por calumnias, lo que le obligó a afrontar una larga odisea judicial.

Tras ganar este primer caso, en 2017 se abrió otro proceso por una demanda de otro militar que participó en la operación de Yenín y le denunció por que su imagen aparecía en el documental.

Este mes enero, la Justicia dio la razón al demandante y prohibió la emisión de "Jenín, Jenín" por considerar que faltaba "a la verdad" en la presentación de los hechos, en una decisión que muchos tacharon de ataque a la libertad de expresión en la gran pantalla.

También vetó la difusión de la película, ordenó la confiscación de las copias existentes y dictaminó que Bakri pagara unos 225.000 shekels (58.500 euros) al querellante.

APELACIÓN ANTE EL SUPREMO

Sin embargo, el cineasta apeló ante el Tribunal Supremo y espera una última audiencia donde se tome una decisión final sobre el caso.

"No tengo esperanzas" de revertir el fallo, "es solo un asunto político", comenta Bakri, que se muestra escéptico ante la supuesta imparcialidad ideológica de la Justicia israelí, pero asegura que no se rendirá y agotará todas las vías necesarias.

"Quieren que sea buen chico y no critique la política y ocupación israelíes", pero "seguiré mi lucha y haciendo mis películas, no pueden acallar mis pensamientos", dice tras una charla ante una pequeña audiencia en el pueblo cisjordano de Beit Sahur, donde este mes se proyectó el documental, aún accesible en Youtube.

ESCOMBROS EN YENÍN

El testigo de civiles palestinos del campo de refugiados de Yenín -uno de los mayores de Cisjordania y aún hoy bastión de resistencia armada contra Israel- o el panorama de escombros y edificios derruidos por los combates marcan el relato del documental de Bakri.

Se fue ahí a grabar de forma "espontánea", con una sola cámara y sin recursos financieros, tras rumores y denuncias de que Israel había cometido una masacre, una acusación que sus autoridades rechazaron.

El Ejército israelí lanzó entre marzo y abril de 2002 la llamada operación Escudo Defensivo, una de sus mayores ofensivas sobre Cisjordania desde la Guerra de los Seis Días de 1967. Su meta era frenar los ataques y atentados suicidas palestinos que en plena Segunda Intifada se producían contra Israel, y parte importante de sus esfuerzos se centraron en el campo de Yenín.

La incursión derivó en duros choques con los milicianos palestinos y en contundentes acciones militares.

"Salvajismo es lo que hicieron los israelíes en Yenín, lo vi con mis propios ojos", dice Bakri, que asegura que contar lo sucedido a través de la gran pantalla era de gran importancia, ya que los palestinos "no tienen otro recurso para combatir la ocupación".

“La única arma que podemos usar es el teatro, cine o la poesía”, concluye, al tiempo que reivindica la cultura como herramienta de denuncia.

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