Sin energía nuclear no se puede frenar el cambio climático, advierte la ONU

Ginebra, 11 ago (EFE).- Los objetivos globales de freno del calentamiento global no podrán alcanzarse si se excluye el uso de la energía nuclear, que en los últimos 50 años ha evitado que se emitieran 74 gigatoneladas de dióxido de carbono adicionales, asegura hoy un informe de Naciones Unidas.

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El documento de la Comisión Económica de las Naciones Unidas para Europa (UNECE), publicado dos días después de las alarmantes conclusiones lanzadas por el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC), indica que esas 74 gigatoneladas equivalen a dos años de emisiones mundiales de CO2.

"Sólo la energía hidráulica ha jugado un papel mayor a la hora de evitar emisiones adicionales en este periodo", defiende el informe, que señala que en la región estudiada por la UNECE (Europa, Norteamérica y Asia Central) las centrales nucleares producen un 20 por ciento de la electricidad total.

"El tiempo corre para transformar rápidamente el sistema energético global, en el que los combustibles fósiles todavía suponen la mitad de la generación de electricidad en la región", indica UNECE.

La agencia defiende que la nuclear puede ser parte del grupo de fuentes energéticas útiles para descarbonizar el planeta y lograr los objetivos fijados por el Acuerdo de París y la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible.

En once países de la región UNECE, entre ellos Francia, Suiza, Suecia y Bélgica, la energía nuclear genera un 30 por ciento de la electricidad consumida a nivel nacional, aunque en los casos belga y suizo sus gobiernos se han comprometido a abandonar esa fuente energética a medio plazo.

El informe publicado el lunes por el IPCC indicaba que incluso con una fuerte reducción de emisiones como la que muchas economías han anunciado hacia mediados de siglo se alcanzará una subida de temperaturas de 1,5 grados hacia 2040, la cifra que el Acuerdo de París recomienda no superar.

A finales de siglo, sólo unas emisiones netas cero permitirían al planeta bajar a 1,4 grados, mientras que manteniendo el estatus actual se superarían los 2,7 grados, lo que según advierten los expertos podría producir un aumento de los fenómenos meteorológicos extremos y los desastres naturales.

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