El uso de algoritmos, publicidad a medida de cada usuario y ciertas prácticas de recolección de datos han contribuido a que las redes sociales tuvieran un papel importante en la llamada "infodemia", lo que "perjudicó el derecho de las personas a formarse una opinión y desarrollar libremente creencias e ideas", lamentó Khan.
La relatora de Naciones Unidas también se quejó de que la respuesta de las redes sociales a la desinformación en este contexto ha sido "meramente reactiva, insuficiente y opaca", por lo que urgió a las compañías que las administran que revisen su modelo de negocio.
"Deben garantizar que sus operaciones y la recolección y procesamiento de datos cumplen los estándares internacionales de derechos humanos", afirmó Khan.
Por otro lado, la relatora subrayó que la respuesta de los gobiernos a la desinformación durante la pandemia también ha sido en ocasiones perjudicial para la libre expresión.
"Algunos Estados han recurrido a medidas desproporcionadas tales como cierres de internet o leyes de contenido excesivamente vago que pueden criminalizar, bloquear, censurar o acallar el debate en la red, reduciendo el espacio cívico", afirmó Khan en su intervención ante el Consejo de Derechos Humanos de la ONU.
En rueda de prensa posterior, la relatora señaló que algunos gobiernos han recurrido con frecuencia a usar el argumento de las noticias falsas para acallar a periodistas que han intentado criticar las políticas nacionales de respuesta a la pandemia.
Por otro lado. "los gobiernos por sí mismos han sido a veces fuentes de desinformación", lo que ha hecho en muchas ocasiones que la ciudadanía perdiera confianza en las informaciones oficiales y recurriera a fuentes alternativas, lo que puede haber fomentado un aumento de la infodemia, dijo.
Reconociendo que en algunos puntos "lo que es verdad para uno puede constituir una falsedad para otro" y que incluso los científicos han ido cambiando sus puntos de vista ante la pandemia a medida que se investigó mejor el coronavirus, Khan subrayó que en caso de duda es mejor tener distintas informaciones de un mismo asunto para fomentar el debate.
Por ejemplo, en la polémica sobre el aún desconocido origen del coronavirus, en un momento en el que la prensa estadounidense insiste en la teoría del laboratorio mientras la china teoriza con la de la posible llegada a través de la cadena alimentada (por ejemplo, desde carne congelada importada).
"Debe facilitarse que haya diferentes fuentes para que exista un debate abierto y honesto sobre lo que está ocurriendo", resumió la relatora de la ONU.