El patio estuvo lleno de fieles, que asistieron a la audiencia sentados en sillas, separadas para evitar contagios, pero antes de comenzar la audiencia hubo ciertas aglomeraciones, pues los asistentes se acercaron a las vallas de separación para saludar al papa y algunos incluso se bajaron las mascarillas para hablarle.
Jorge Bergoglio, que ya está vacunado con la pauta completa, tampoco llevaba mascarilla y no dudó en hablar, tocar las manos y bendecir a muchos de los fieles.
La homilía de este miércoles estuvo dedicada a la oración y Francisco dijo que "es la única fuente de luz y fuerza. Es necesario rezar más intensamente, cada vez que el camino se empina".
Por ello, recomendó los rezos, incluso cuando “fueran solamente balbuceos, si se vieran comprometidas por una fe vacilante”.