Medios británicos informan hoy de que el Ejecutivo de Londres tendrá lista esta nueva ley la próxima semana, cuando sería presentada por Isabel II en el llamado "Discurso de la Reina", con el que inaugura formalmente la legislatura en el Parlamento.
Según "The Daily Telegraph" y "The Times", la amnistía impediría a la Justicia procesar a miembros de las fuerzas de seguridad por crímenes cometidos antes de la firma del acuerdo del Viernes Santo, el texto que puso fin al conflicto norirlandés en 1998, que causó en casi tres décadas más de 3.500 muertos.
Esta medida, apuntaron esos medios, también afectaría a los grupos paramilitares protestantes-unionistas y nacionalistas-católicos, como el ya inactivo Ejército Republicano Irlandés (IRA), responsable de unas 3.000 muertes.
La nueva ley, recordó hoy el Gobierno de Dublín, invalidaría el llamado Acuerdo de Stormont (SHA, sus siglas en inglés), por el que todos los partidos norirlandeses, la República de Irlanda y el Reino Unido se comprometieron a crear una unidad especial para investigar unos 2.000 asesinatos no resueltos del pasado conflicto.
"El Gobierno irlandés es claro en su oposición a cualquier acción unilateral sobre el legado (del pasado), contraria al SHA. Las víctimas de Irlanda del Norte deben ser la prioridad, la única prioridad!", escribió el ministro de Asuntos Exteriores, Simon Coveney, en su cuenta de Twitter.
La nueva legislación paralizaría varios procesos abiertos por la fiscalía norirlandesa como, por ejemplo, el posible juicio de los militares implicados en el asesinato de 14 manifestantes en 1972 en la localidad de Derry, en el llamando "Domingo Sangriento".
La líder norirlandesa del Sinn Féin, antiguo brazo político del IRA, Michelle O'Neill, afirmó hoy que "una amnistía para las fuerzas del Estado" sería "otra bofetada en la cara de las víctimas".
"Es otra maniobra cínica para poner a las fuerzas británicas fuera del alcance de la ley. Esto ofrece protección legal a aquellos implicados en asesinatos de Estado. Es inaceptable", denunció en un "tuit" O'Neill, "número dos" en el Gobierno autónomo de Belfast, de poder compartido entre unionistas y nacionalistas.
El dirigente protestante Doug Beattie, del Partido Unionista del Ulster (UUP), también criticó esta medida, pues advirtió que "concede una amnistía para todos", incluidos los paramilitares republicanos.
La ministra norirlandesa de Justicia, Naomi Long, se mostró sorprendida por el hecho de que Londres no ha consultado al Ejecutivo ni a las formaciones de la región sobre esta cuestión.
"Demuestra el desprecio con el que el Gobierno (británico) está tratando a las víctimas", dijo la líder del multiconfesional Partido Alianza, integrado por miembros de diferentes identidades norirlandesas.