SÃO PAULO (EFE). São Paulo y Río de Janeiro pusieron fin ayer a diez días festivos con los que las alcaldías intentaban contener el fuerte avance del covid-19. La enfermedad sigue fuera de control en Brasil y podría acelerarse todavía más tras la Semana Santa.
São Paulo y Río, con 22.725 y 20.987 fallecidos, respectivamente, son las dos ciudades más golpeadas. Los gobiernos locales intentaron estimular el aislamiento social y frenar la propagación.
Las aglomeraciones y fiestas clandestinas registradas en ese periodo encienden las alertas de los expertos, quienes igualmente temen un recrudecimiento de la pandemia y sus impactos en los sistemas de salud debido a las celebraciones de Semana Santa y la liberación de eventos religiosos presenciales.
Con un promedio que supera las 3.000 muertes por día y ya roza las 4.000, Brasil es el segundo país con más casos de covid-19, después de EE.UU., mientras la campaña de vacunación avanzalenta ante la falta de vacunas e insumos para su fabricación.
Asimismo, marzo supuso el mes más letal, con 66.573 fallecidos, frente a los 30.438 anotados en febrero.
Argentina: incertidumbre
Argentina inició la semana con incertidumbre por el aumento de contagios por covid-19, con multitud de personas haciendo fila en los centros de testeo tras cuatro días festivos por Semana Santa y con el presidente, Alberto Fernández, en aislamiento por haber dado positivo dos meses después de vacunarse, analizan aplicar nuevas restricciones.
Pese a la aceleración de casos en las últimas dos semanas, el Gobierno argentino no restringió la actividad turística en Semana Santa, y 4,2 millones de personas se movilizaron el fin de semana, entre 1,9 millones de turistas y 2,3 millones de excursionistas.
Los expertos esperan el impacto en las próximas semanas sobre esta movilización turística en las estadísticas de contagios, que ya en la última quincena escaló un 70 % en el promedio de casos diarios a nivel país.
La ciudad y la provincia de Buenos Aires son las dos jurisdicciones donde más escaló el contagio (un 90%). El propio Gobierno se muestra preocupado que se repita la dinámica del 2020, que desde el área metropolitana de Buenos Aires, la zona más populosa del país, se expandan los contagios al resto del territorio.