“No es lícito impartir una bendición a relaciones, o a parejas incluso estables, que implican una praxis sexual fuera del matrimonio (es decir, fuera de la unión indisoluble de un hombre y una mujer abierta, por sí misma, a la transmisión de la vida), como es el caso de las uniones entre personas del mismo sexo”, escribe la Congregación para la Doctrina de la Fe.
La respuesta se debe a que en “algunos ambientes eclesiásticos se están difundiendo proyectos y propuestas de bendiciones para uniones de personas del mismo sexo” y que “estos proyectos están motivados por una sincera voluntad de acogida y de acompañamiento de las personas homosexuales, a las cuales se proponen caminos de crecimiento en la fe” pero que no pueden convertirse en bendiciones, se indica en la nota.
La Congregación para la Doctrina de la Fe, que dirige el cardenal español Luis Francisco Ladaria Ferrer, matiza que “Dios ama a cada persona, como también lo hace la Iglesia rechazando toda discriminación injusta”.
Pero “las bendiciones sobre personas están en relación con los sacramentos, la bendición de las uniones homosexuales no puede ser considerada lícita, en cuanto sería en cierto modo una imitación o una analogía con la bendición nupcial, invocada sobre el hombre y la mujer que se unen en el sacramento del matrimonio”.
¿Respuesta tras documental?
En un reciente documental sobre Francisco, el pontífice afirmaba: “Los homosexuales tienen derecho a estar en una familia. Lo que debe haber es una ley de unión civil, de esa manera están cubiertos legalmente”, una cita que fue noticia en todo el mundo provocando diversas reacciones.
En realidad, se trataba de dos respuestas distintas de una entrevista anterior, y editadas y publicadas en el documental como si fuera una, sin contextualizar y que se refería a las leyes estatales mientras hablaba de su patria Argentina.
Pero esta respuesta, fuera de contexto, es que se creó la confusión, que llevó al Vaticano a aclarar que no existía un cambio en la doctrina sobre este tema.