HONG KONG (AFP, EFE). En septiembre de 2019, y en el contexto de las protestas antigubernamentales, el bando prodemocrático hongkonés barrió en los comicios a consejeros de distrito, en los que se hizo con 388 de los 452 puestos disponibles.
El Legislativo chino durante su reunión anual, que comienza hoy, valorará la eliminación de los 117 puestos de consejeros de distrito en el comité de 1.200 miembros encargado de elegir al jefe del Ejecutivo hongkonés, que, no obstante, ha de ser previamente sancionado por Pekín.
Esto le garantizaría una amplia representación entre esos 117 puestos hasta ahora reservados para este sector en la elección del máximo cargo de la excolonia británica, pero la Asamblea Nacional Popular (ANP, Legislativo chino) buscará ahora fórmulas para complicar el acceso al poder de la oposición.
Para el diario nacionalista Global Times se trata de rellenar “vacíos legales” del sistema electoral de Hong Kong, como en el caso de la Comisión Electoral, de cuyos miembros apunta que “muchos de ellos carecen de formación legal” y no pueden adaptarse al nuevo principio anunciado ahora por el cual “solo los patriotas gobiernan Hong Kong”.
De este modo, la máxima de la que Pekín hacía gala a la hora de abordar su relación con Hong Kong a través del marco “un país, dos sistemas” ha pasado de “los hongkoneses gobiernan Hong Kong” a “los hongkoneses patriotas gobiernan Hong Kong”.
Pero la vara de medir del patriotismo la establece también el Gobierno chino, y parece beber de las palabras del exlíder Deng Xiaoping, quien definió el término en 1997 –momento de la retrocesión de Hong Kong de Londres a Pekín– como alguien que “respeta a la nación china, apoya sinceramente la vuelta a la soberanía de la madre patria y no desea entorpecer la estabilidad y la prosperidad de Hong Kong”.
Según el vicepresidente de la Asociación China de Estudios de Hong Kong y Macao, Lau Siu-kai, “los ‘patriotas decididos’ no solo han de poner en marcha la ley de seguridad nacional para Hong Kong, sino también promover activamente los sistemas y regulaciones en vigor para salvaguardar la seguridad nacional”.
“Y la reforma no es solo en la administración, sino que engloba varios campos, incluidas la educación, la prensa y el sistema judicial”, asegura Lau.