El barrio Midtown East de Manhattan donde está situado el cuartel general de las Naciones Unidas no será este año acordonado ni vigilado por cientos de policías. No habrá caravanas oficiales sin fin, ni hormigueros de gente en el gran edificio onusiano. Apenas un diplomático de cada país, residente en Estados Unidos, podrá asistir a los discursos en la tribuna de la Asamblea General.
“Para ser eficaz, la diplomacia requiere contactos personales y lamento mucho no tener la oportunidad de reunir a los gobernantes de los países” este año, dijo el miércoles el secretario general de la ONU, Antonio Guterres.
Pero habrá “varias cumbres virtuales” al margen de la Asamblea (sobre el clima, la covid-19, la biodiversidad, Libia y Líbano), agregó.
Guterres destacó que nunca antes tantos jefes de Estado y de Gobierno tomaron la palabra en la Asamblea, aunque esta vez es mediante discursos pregrabados. Serán entre “160 y 170” de los 193 miembros de la ONU, precisó.
El ruso Vladimir Putin y el chino Xi Jinping, que en general no asisten a la cita anual de la diplomacia mundial y dejan hablar en su lugar a sus cancilleres, este martes pronunciarán discursos justo después del presidente brasileño Jair Bolsonaro -el primero de la Asamblea, como es tradición- y del estadounidense Donald Trump.
Sin embargo, no habrá un discurso del jefe de Estado norcoreano ni del de Siria.
Pero el miércoles sí hablará el presidente venezolano Nicolás Maduro, cuya legitimidad ya no es reconocida por muchos países.
Al día siguiente, el líder opositor y jefe del Parlamento venezolano Juan Guaidó, reconocido como presidente interino por más de 50 países, incluido Estados Unidos, participará en una videoconferencia en el Atlantic Council de Nueva York para debatir “cómo pueden Estados Unidos, Europa, el Grupo de Lima y aliados mundiales aumentar la coordinación para garantizar elecciones libres y justas en Venezuela”.
Tras largas negociaciones, sobre todo con Estados Unidos, los líderes de los 193 países integrantes de la ONU ratificarán el lunes una declaración adoptada en julio llena de buenas intenciones, que aboga contra el unilateralismo.
Desde inicios del año, los países han actuado en general de manera individual contra la pandemia de covid-19, decretando confinamientos y cierres de fronteras sin una concertación o cooperación real.
- Faltaron a la cita -
“Las grandes potencias faltaron a esta cita, provocando el fracaso, incluso la derrota, del Consejo de Seguridad”, estimó Bertrand Badie, profesor del Instituto de Estudios Políticos de París (IEP).
Tienen “una visión muy conservadora de la seguridad y consideran que la humanidad solo está amenazada por rivalidades entre Estados”, dijo Badie a la AFP. “Es una muy mala señal para el futuro”.
La declaración del 75º aniversario de la ONU admite que desde su nacimiento, la organización “ha tenido momentos de decepción”. “Nuestro mundo ya no es el que imaginábamos hace 75 años”, indica. “Está plagado de desigualdades crecientes, pobreza, hambre, conflictos armados, terrorismo, inseguridad, cambio climático y pandemias”, agrega.
Al mismo tiempo, la ONU ha alentado la descolonización, ha promovido la libertad y “atenuado decenas de conflictos, ha salvado cientos de miles de vidas gracias a la acción humanitaria”, destaca el texto.
Para la era post-pandemia, “tenemos la oportunidad histórica de reconstruirnos mejor y de manera más ecológica”, afirman también los dirigentes, en momentos en que la ONU se halla cada vez más paralizada por una rivalidad creciente entre China y Estados Unidos y con temas que incluso enfrentan a Washington con sus aliados europeos, como Irán.
Para Richard Gowan, del centro de análisis International Crisis Group, “todo el mundo se focalizó en las consecuencias nacionales de la pandemia sin visión global”.
Durante una videoconferencia que se celebrará el jueves, los integrantes del Consejo de Seguridad tendrán la ocasión de dar su opinión sobre las reformas necesarias a la gobernabilidad mundial, en déficit flagrante frente a la covid-19.
Pero los expertos no son demasiado optimistas.
Antes de que pueda haber una renovación, habría “primero que cambiar de mentalidad, salir de la cultura de la Guerra Fría, a lo cual los cinco miembros permanentes (Estados Unidos, Rusia, China, Francia, Reino Unido) se negarán siempre porque eso conduciría a un replanteamiento de la ‘comunidad internacional’ y a la pérdida de privilegios de la oligarquía nuclear”, precisa el experto del IEP.
“Soy francamente y profundamente pesimista sobre las posibilidades de una reforma real de la ONU o de innovaciones en la gobernabilidad mundial”, dijo Gowan a la AFP. “No veo que China y Estados Unidos puedan ponerse de acuerdo ahora sobre grandes reformas”.