Tras haber sido sometida a una estricta cuarentena de 76 días entre enero y abril, siendo la primera ciudad en que se aplicaban estas medidas por el nuevo coronavirus, la metrópolis de Wuhan (centro de China) fue levantando progresivamente las restricciones y volvió a la normalidad.
El Maya Beach Water Park se llenó de gente y miles de personas bailaron apretujadas al ritmo de la música electrónica, sin utilizar mascarillas. Muchos de ellos también se bañaban, sin mantener distancias de seguridad.
El parque acuático volvió a abrir sus puertas en junio y tiene su capacidad limitada al 50%, según la prensa local, pero redujo el precio de sus entradas al 50% para las mujeres. Las imágenes de la fiesta difundidas por la AFP generaron críticas airadas en las redes sociales, en un momento en que la pandemia ha contagiado a casi 22 millones de personas en el mundo y el balance de decesos se acerca a 800.000.
“¡Es así que provocaremos una segunda o una tercera ola epidémica! Qué listos...”, criticaba un usuario de Twitter.
Aunque el virus surgió en China, este país logró controlar la pandemia y ahora solo cuenta con unas pocas decenas de nuevos casos diarios, según los últimos datos oficiales. Muchos chinos continúan limitando sus desplazamientos y llevan mascarillas en el espacio público, pero la municipalidad de Wuhan intenta reimpulsar su economía, muy fragilizada por los efectos de la epidemia a principios de año.
En la provincia de Hubei, cuya capital es Wuhan, no ha habido nuevos casos desde mayo y sus autoridades ofrecen entradas gratuitas para 400 lugares turísticos.