Los restos de estos grandes mamíferos salvajes se hallaban en un poza corriente abajo y a unos 2 kilómetros del punto donde se localizó el primer grupo de elefantes muertos. “Suponemos que los elefantes son miembros de la misma manada”, apuntó a Efe Witthaya Hongwiangchan, director de Áreas Protegidas de la provincia de Prachinburi, donde se encuentra el Parque nacional de Khao Yai.
El último hallazgo, realizado el miércoles gracias a la utilización de drones que revisaban el curso del río, coincide con las tareas para recuperar los cuerpos de los animales. Los primeros elefantes muertos fueron descubiertos en la mañana del sábado, horas después de que la manada fuera espantada al encontrarse cerca de una carretera estatal. Las primeras hipótesis apuntan a que uno de los elefantes cayó por el precipicio y el resto se precipitó por el desfiladero al tratar de ayudar a los miembros del grupo en apuros.
Un grupo de guardabosques ha desplegado una gigantesca red trenzada con cuerdas en un punto del curso del arroyo por debajo de donde actualmente se encuentran los cuerpos sin vida de los animales para recogerlos una vez lleguen hasta allí.
Según la previsión de Parques Nacionales los cadáveres llegarán entre el viernes o el sábado, aunque podrían adelantarse en caso de lluvia abundante en la región. Cerca del dispositivo preparado para la recogida hay un amplio terreno donde está previsto celebrar un ritual religioso y cremar los cuerpos de los paquidermos. Otros dos miembros de la misma manada fueron rescatados y ya se encuentran a salvo de regreso a su hábitat tras quedar atrapados cerca de la catarata Haew Narok, de unos 80 metros de altura y cuya traducción al español sería “el abismo del infierno”.
En 1992 en el mismo paraje tuvo lugar un incidente similar en el que perdieron la vida 8 elefantes. Según agrupaciones de protección animal, unos 3.000 elefantes salvajes viven en la actualidad en los bosques de Tailandia amenazados por la creciente deforestación, en comparación con los 300.000 paquidermos que poblaban el país hace más de un siglo.
Antiguamente miles de elefantes eran usados en la industria maderera, pero cuando la actividad se prohibió en 1989 los paquidermos comenzaron a ser exhibidos en las calles para pedir limosna y utilizados en espectáculos destinados al turismo.