Rusia ya ha advertido a Estados Unidos y Alemania, acusados de apoyar los recientes actos de la oposición, la cual protesta todos los fines de semana desde mediados de julio en la capital rusa contra el rechazo de sus candidatos para las elecciones locales del 8 de septiembre.
Se trata de uno de los movimientos de protesta más fuertes desde el retorno de Vladimir Putin al Kremlin, en 2012.
Durante una reunión extraordinaria este lunes para tratar la presunta injerencia, los diputados rusos anunciaron la creación de una comisión cuyo trabajo comenzaría a finales de este mes, según las agencias de prensa rusas.
Los diplomáticos y periodistas extranjeros sospechosos serán invitados a explicarse ante la comisión, añadió Vyacheslav Volodin, presidente de la cámara baja del Parlamento (Duma).
Moscú había convocado a principios de agosto a un diplomático estadounidense destacado en Moscú para protestar por la publicación en el sitio internet y en la cuenta en Twitter de la Embajada de Estados Unidos de mensajes vinculados a una de las manifestaciones de la oposición.
Calificados como “propaganda a favor de la participación” en la concentración, no obstante, estos mensajes advertían a los ciudadanos estadounidenses presentes en Rusia evitar la zona e incluían un mapa con el recorrido de la manifestación.
Rusia también convocó a un diplomático alemán para denunciar lo que considera “llamados directos a manifestar” en las redes sociales por parte de la cadena de radio y televisión alemana Deutsche Welle.
La agencia rusa de vigilancia de las telecomunicaciones, Roskomnadzor, por su parte, exigió al gigante estadounidense Google prohibir la publicidad de actos de la oposición en su plataforma de videos YouTube.
La mayor parte de las manifestaciones, no autorizadas, fueron duraramente reprimidas por la policía y desembocaron en detenciones masivas.
La cuasi totalidad de las figuras de la oposición purgan actualmente penas de prisión cortas.