“En lo que se refiere a una solución política, no creo que tengamos que hacer concesiones para silenciar a los manifestantes violentos”, declaró en una rueda de prensa. Lam también advirtió que el impacto económico podría ser peor que el del brote de SRAS (Síndrome respiratorio agudo severo) en Hong Kong en 2003. “La desaceleración esta vez vino muy rápido. Alguien lo comparó con un tsunami”, afirmó. “En otras palabras, la recuperación económica tomará mucho tiempo”, añadió.
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Lam se hizo eco de declaraciones procedentes del sector privado, principalmente de la industria del turismo. La compañía de transportes Cathay Pacific advirtió que estaban bajando las reservas, las agencias de viajes registraron caídas de hasta el 50% en las reservas de grupo, y la junta de turismo dio cuenta de una reducción del orden de dos dígitos en las llegadas de visitantes en la segunda mitad de julio.
Los manifestantes han protestado de forma casi diaria pese a los crecientes enfrentamientos con las fuerzas de seguridad. Lam suspendió el proyecto de ley que provocó las protestas, pero éstas ganaron magnitud, hasta reclamar más reformas prodemocracia. Entre otras demandas, los manifestantes piden que se investigue la acción violenta de las fuerzas de seguridad.
“Deberíamos hacer lo que es correcto para Hong Kong. Y, en este momento, lo que es correcto para Hong Kong (...) es parar la violencia y decir ’no’ a la situación caótica que Hong Kong ha experimentado en las últimas semanas, para que podamos avanzar”, declaró Lam.