A iniciativa de Francia y Alemania, Finlandia, que ejerce la presidencia pro témpore de la UE, organizó una cena para sentar las bases de una “coalición” de países dispuestos a repartirse la acogida de migrantes socorridos, sin tener que entablar las tensas negociaciones caso por caso.
El encuentro, que busca acelerar la discusión sobre el problema de los desembarcos, tendría lugar la víspera de una reunión informal de los ministros de Interior europeos en la capital finlandesa.
“Quedó claro que la situación en el Mediterráneo requiere nuestra atención inmediata”, escribe la ministra finlandesa de Interior, María Ohisalo, en una carta de invitación a sus homólogos europeos, consultada por la AFP.
La reunión tiene como objetivo establecer “disposiciones sólidas para lo que sigue a las operaciones de búsqueda y rescate, a fin de garantizar una respuesta rápida tras el desembarco”, asegura.
Esos acuerdos “deben basarse en una responsabilidad compartida que implique a un número suficiente amplio” de países, agrega la ministra, evocando una “coalición de buena voluntad” para aliviar la presión sobre los países en primera línea de llegadas.
Es una “reunión de urgencia”, aseguró una fuente europea, que precisó que todavía no se había fijado la lista de ministros que aceptaron la invitación.
El objetivo sería “acordar un mecanismo hasta finales de años para evitar una crisis política o humanitaria durante el verano”, apuntó esta fuente.
Las cifras de llegadas a las costas europeas se redujeron drásticamente desde el arribo de más de millón de migrantes en 2015, pero la división entre europeos no desapareció, con los países mediterráneos pidiendo más solidaridad.
Italia, bajo el impulso de su ministro del Interior Matteo Salvini, adoptó una línea dura, cerrando los puertos a las embarcaciones de ONG con migrantes socorridos a bordo.