Cabellos castaños recogidos en una cola de caballo, mirada segura, la primera mujer capitana de una nave humanitaria, nació hace 31 años en Kiel, en la costa báltica del norte de Alemania. La joven adquirió experiencia navegando barcos rompehielos especiales para la investigación polar en el Ártico y la Antártida. Después de estudiar ciencias náuticas y protección del medio ambiente en Alemania y Reino Unido, la capitana lleva ocho años navegando.
“Desde siempre me han encantado las regiones polares porque son muy hermosas e inspiradoras, pero trabajar allí es triste porque puedes ver lo que los humanos están haciendo con el planeta”, confesó en un video divulgado por la organización humanitaria alemana Sea-Watch.
Lea también: Carola Rackete, la capitana del barco humanitario “Sea-Watch”, que enfrenta a Alemania e Italia
De su compromiso con la defensa del medio ambiente nació también el compromiso social, que la llevó a aprovechar sus vacaciones para trabajar con la ONG alemana, cuyos tripulantes siempre son voluntarios. Su primera misión se remonta al verano de 2016, cuando la flotilla humanitaria fue considerada un valioso apoyo para los numerosos barcos militares italianos y europeos que realizaban rescates de migrantes frente a las costas de Libia.
Las tragedias en el mar marcaron esas misiones ya que intervenían ante los naufragios y donde sólo quedaban pocos sobrevivientes en medio de cadáveres flotando. En esos años pudo abrazar al niño que acababa de perder al padre y escuchar las tantas historias de torturas, abusos y agresiones sufridos por los migrantes que esperan zarpar en campos para refugiados de Libia.
Poco a poco, los buques militares dejaron de dar asistencia y los barcos humanitarios, que estaban en primera línea, comenzaron a ser considerados cómplices de los traficantes de seres humanos por el gobierno italiano.
“Dispuesta a ir a la cárcel”
Para ella, se trata de una cuestión de principios: “No importa cómo te has metido en una situación de peligro. A los bomberos eso no les importa, en los hospitales tampoco. Para la ley marítima tampoco eso importa. Si se necesita rescatar a alguien en el mar, tienes el deber de rescatarlo”, explicó. “La ayuda termina cuando dejas a la gente en un lugar seguro”, agregó. Desde que llegó al poder un gobierno de coalición formado por La Liga (ultraderecha) y el Movimiento 5 Estrellas (antisistema) en junio de 2018, el tema de la migración es ante todo un asunto político.
“Los europeos hemos permitido a nuestros gobiernos construir un muro en el mar. Hay una sociedad civil que lucha contra eso y yo formo parte de ella”, resumió Rackete. Asegurando respetar escrupulosamente el derecho marítimo, afirma: “estoy dispuesta a ir a la cárcel y voy a defenderme en la corte si es necesario porque lo que estamos haciendo es correcto”.
“¡Las esposas!”, “¡Vergüenza!”, “¡Vete!”, “Espero que te violen esos negros”, le gritaron algunos habitantes de Lampedusa cuando bajaba del barco, escoltada por policías, en una muestra de las críticas sexistas y violentas de que ha sido objeto la joven en las redes sociales.
Sin embargo, también hubo internautas que le rindieron homenaje. “Carola, gracias por haber puesto tu cuerpo en esta batalla de civilización”, lanzó el escritor antimafia Roberto Saviano. El senador Gregorio De Falco, exoficial de los guardacostas italianos, célebre por haber intervenido para resolver el desastre del Costa Concordia en 2012, elogió a “una persona de alta dignidad moral, que ha dado muestras de una fuerza considerable y de coherencia frente a sus responsabilidades”.
Además, se abrió una colecta para pagar los gastos judiciales de la ONG y de “Capitana Carola".