De futbolista a productor de tomates tras un accidente que lo dejó en silla de ruedas

El fútbol era su pasión, la administración de negocios su carrera y la política un mundo que quería explorar, pero un accidente de tránsito lo dejó en silla de ruedas, sin embargo, eso no le impidió explorar otros campos. Hoy se dedica a la producción frutihortícola, te contamos la historia de perseverancia de Ángel Balbuena.

Ángel Balbuena y el desafío de un productor frutihortícola con discapacidad.
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Para mí era más fácil hacerme del aichincharanga, quedarme en casa, pero me levanté”, comenta Ángel Balbuena, un empresario al que la discapacidad no lo intimidó. Su vida tiene un antes y un después de aquel accidente de tránsito donde también perdió a dos amigos.

Nació en la colonia General Garay, departamento de Caaguazú, donde estudió hasta el noveno grado, luego emigró a la capital del país. Allí terminó sus estudios secundarios, jugó al fútbol y culminó la carrera de administración de empresas.

“Jugué las inferiores de Tacuary, Cerro Porteño, también jugué en Brasil y en Ecuador, en la primera década del 2000″, recuerda.

Comenzó a trabajar como funcionario de una asociación de policías en el área administrativa, a los 19 años fue electo el consejero más joven de una cooperativa.

También ocupó el cargo de presidente de la Liga Ovetense de fútbol. Es padre de familia, se encarga del cuidado de su padre y comparte su día a día con su actual pareja, a la que describe como su sostén para disfrutar cada instante de la vida.

Trágico accidente

En el año 2016 cuando salía de la cancha de Coronel Oviedo, en compañía de dos amigos, sufrieron un accidente de tránsito donde él fue el único sobreviviente. Fue considerado un milagro.

“Tuve doble fractura de la cervical, la dislocación de la vértebra y la cabeza que según los médicos era una muerte instantánea. Ellos no se explicaban cómo yo estoy con vida. Primeramente estuve en coma, luego 33 días en terapia intensiva, pero desde el día cinco estuve consciente. Veía cómo morían los pacientes que estaban a mi lado”, relata.

En total fueron seis los meses que pasó hospitalizado tras salir de terapia. No movía las manos, no hablaba, estaba con traqueotomía y collarín. El proceso de recuperación fue largo y con mucha intensidad.

Su paso por la política tras el accidente

Incursionó en la política, se candidató a concejal de Coronel Oviedo, pero quedó “fuera” por 27 votos. Recorrió la casa de sus compueblanos en un vehículo que le permitía acercarse a quienes querían saludarlo.

“Seguí trabajando en el ámbito cooperativo, pero comencé a incursionar en el campo, en la producción de la caña de azúcar”, comenta.

Es productor de tomates desde hace más de un año

Cuenta con 25 mil plantas activas de tomate, creó su propia empresa que tiene 11 empleados, cuyas familias dependen de él.

Su mayor desafío es querer realizar tareas cotidianas para las que necesita ayuda, por su condición de discapacidad.

Es difícil no poder hacer el trabajo de la manera que uno quiere y aguantarse al estar en esta situación. Ponerse en el lugar de la gente que está bien nos cuesta, uno se vuelve intolerante con la gente que no tiene tu condición. Hay mucha impotencia, pero la gente me apoya”, indicó.

Su día comienza a las 05:00 cuando su esposa se levanta para ir a trabajar y ya le ayuda a levantarse.

Luego se queda con un enfermero que lo ayuda en los preparativos para estar a las 06:30 en el campo, donde comienzan los trabajos.

Ya con su silla motorizada llega a la chacra donde le esperan los ingenieros para asesorarle y luego recorre su propiedad.

Produce 3.500 a 4.000 kilos de tomate por semana, sin embargo, el contrabando es una cuestión que le afecta como a todos los productores frutihortícolas. “Se pierde todo prácticamente como consecuencia del contrabando”.

Ángel Balbuena y su equipo de trabajo en Coronel Oviedo.

Discriminación

Comenta que sufre discriminación desde que quedó en silla de ruedas hasta ahora porque la sociedad paraguaya no asume que son personas “normales”. “Nos miran como bicho raro”.

Asegura que la gente no se acerca porque aceptan su situación si no por el hecho de decir que estuvo con una persona que para ellos es diferente.

Para él fue un reto muy grande aceptar su situación. “Después del accidente me quedé sin nada, me desperté con una deuda millonaria y sin caminar, pero uno tiene que buscar la forma de salir adelante”.

En las canchas no hay acceso para personas con discapacidad

Como ex deportista y apasionado por el fútbol, Ángel no puede acceder a las canchas de nuestro país por falta de rampas bien hechas, entre otros parámetros que se debería tener en cuenta.

Otro sitio con mucha dificultad de ingreso es el Congreso Nacional que si bien tiene una rampa, la misma es muy empinada, por lo que se necesita mucha fuerza de tracción para que una persona en silla de ruedas pueda acceder, señala.

Es una montaña que si no tenés una silla motorizada es imposible”, enfatiza.

Los templos tampoco son accesibles, asegura. “Aquí en Coronel Oviedo la Municipalidad tiene oficinas para hacer trámites en un segundo piso al que yo no puedo llegar y la Gobernación tampoco tiene acceso para las personas con discapacidad”.

Reclama que las instituciones gubernamentales e incluso las empresas privadas no los tengan en cuenta en Paraguay. “El acceso al trabajo también es un sueño para nosotros”.

“Quiero que el Gobierno sea resiliente”

Ángel le pide al Estado, al Gobierno de turno, que se ponga en lugar de las personas con discapacidad, que haga cumplir las leyes que los ampara y que no los miren como “bichos raros”.

Necesitamos la oportunidad para trabajar y progresar”, finalizó.

Un mensaje de esperanza

“Veo tantos jóvenes en las drogas, que no trabajan. Yo soy una persona cuadripléjica que quiere dejar un mensaje de esperanza para que entiendan que vivir es lindo y es bueno, no hace falta que una persona esté completa para poder disfrutar de la vida”, señaló.

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