Habitualmente pensamos en la pasta como una gran fuente de calorías, cuando, en realidad, ella es mucho más que una excelente fuente de energía. En esta nota les contamos todos los secretos nutricionales de un plato de fideos u otras pastas.
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La pasta nos provee, como nutriente principal, de hidratos de carbono complejos, pero no solo eso, en ella encontramos variados micronutrientes importantes para el organismo: proteínas vegetales, potasio, fósforo, yodo, magnesio y selenio, todos minerales importantes para el buen funcionamiento del sistema neuromuscular y, muchos de ellos, con acción antioxidante.
Además, la pasta es fuente importante de vitaminas del complejo B, que permiten un buen metabolismo de los hidratos de carbono para que el cuerpo obtenga la energía de estos. Así, vitamina B1, B2, B6, ácido fólico y, sobre todo, niacina están presentes en la pasta.
La pasta fresca se elabora con huevo porque al utilizar una harina con poco gluten, floja, se necesita del huevo para dar cohesión y elasticidad a la masa. Además, con el huevo se consiguen masas con más color y mayor valor nutricional. Pero debido al huevo, se debe cocinar inmediatamente o mantenerla refrigerada, pero no por mucho tiempo.
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Si analizamos nutricionalmente una porción de pasta, es decir, unos 90 a 100 gramos en seco o 200 gramos ya cocida, encontraremos que las calorías que nos ofrece no son muchas, pues estamos hablando de unas 340 kilocalorías de una comida, pero, además, nos ofrece gran cantidad de hidratos complejos, es decir, no de azúcares, sino de almidón principalmente. Las proteínas que ofrece son derivadas del trigo y del huevo –que se añade como ingrediente–.
La pasta no posee colesterol y casi no tiene grasas, por lo que podríamos, entonces, derribar el falso mito que dice que la pasta engorda, pues perfectamente la pasta puede formar parte de una dieta de adelgazamiento e, incluso, puede ser consumida por quien padece diabetes, porque la pasta aporta muchos hidratos que en el organismo se transforman en glucosa, podemos reducir la velocidad con que se eleva la glucemia o, lo que es igual, disminuir el índice glucémico de la preparación con pasta.
Falso mito sobre la pasta
La pasta siempre ha sido maltratada por nosotros, sobre todo por asociar su consumo únicamente a la energía que aporta, pero ya hemos dicho que las calorías que nos brinda un plato de pasta no son muchas y que, si bien eleva la glucosa en el organismo, si la consumimos al dente, reduciremos este efecto, así como nos mantendremos saciados por más tiempo, pues, de a poco, se incrementará el combustible en nuestro cuerpo.
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Por otro lado, si uno busca adelgazar conservando el buen humor, es recomendable no eliminar las pastas de la dieta, ya que cuando existen hidratos, nuestro cerebro se mantiene feliz, mientras que si erradicamos el pan, pastas y cereales, prontamente la dieta será insostenible, peligrosa y nos causará irritabilidad y malhumor.
Pastas y salud
Por ser fuente del principal sustrato energético de nuestro cerebro, la pasta se requiere en una dieta saludable y, además, puede ser de gran ayuda para los deportistas, para consumir antes y después de entrenar, porque ayuda a reponer reservas de energía rápida en nuestro cuerpo.
Por otro lado, la pasta no requiere mucho trabajo digestivo si se consume una versión refinada y puede ser de ayuda para quienes tienen problemas digestivos.
Incluso, si se padece diabetes y se busca que no se metabolicen tan fácilmente sus nutrientes, lo recomendable es consumir pastas integrales o asociarlas a alimentos más difíciles de digerir (por ejemplo, pasta con vegetales) y no adicionar muchas grasas a las salsas que acompañen pastas.
En realidad, la pasta es un ingrediente apto para toda persona, incluso para celíacos, para quienes ya existe en el mercado pasta a base de harinas sin gluten.
Asimismo, se trata de un alimento económico, sano, nutritivo y muy versátil que puede conformar una ensalada, un guiso, una sopa o cualquier otra preparación.
Las calorías que nos brinda un plato de pasta no son muchas y, si bien eleva la glucosa en el organismo, si la consumimos al dente reduciremos este efecto así como nos mantendremos saciados por más tiempo.
Fuente: www.directoalpaladar.com