Presupuesto, una herramienta clave para organizar las finanzas personales

Educación financiera refiere a hábitos que nos ayudan a llevarnos mejor con el dinero. Y, salvo que nos vayamos a vivir a una cueva, tenemos que manejarnos con dinero.

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Uno de los principios fundamentales es, justamente, administrarnos bien; manejarnos con lo que tenemos. Cuánto menores los ingresos de la familia, más importante es administrarlos bien. Una herramienta clave para esto es hacer un presupuesto.

Armar un presupuesto es hacer un plan. Y seguirlo. Estudios muestran que quien hace un plan, y lo pone por escrito, tiene mucha mayor probabilidad de lograrlo.

La idea básica de un presupuesto es ordenarse y administrarse con los ingresos que uno tiene. Quien gasta más de lo que gana se endeuda, lo que puede acarrear varios riesgos, incluyendo no alcanzar los objetivos financieros planeados.

Los paraguayos tienen una ventaja frente a otras economías de la región: desde hace muchos años tienen una inflación relativamente baja y estable. Esto ayuda mucho a poder planificar.

Presupuesto, paso a paso

El primer paso en un presupuesto es listar todos los ingresos (pueden ser ingresos personales o los del núcleo familiar). Y luego hacer una itemización de en que se gastan esos ingresos. Los gastos son, en el corto plazo, lo que está más bajo nuestro control.

Sugiero clasificar los egresos en tres grandes grupos: el ahorro, las necesidades y los deseos.

El ahorro es un tema que nos ocupará en futuras columnas. Es algo que, para muchos, dada la situación económica que el mundo está transitando, es algo que vislumbran como muy lejano o como una quimera. Pero es importante que, cuando llegue la recuperación, logren comenzar a ahorrar. De esta forma, la próxima crisis nos encontrará mejor parados del punto de vista financiero.

Los gastos necesarios incluyen el alquiler, la alimentación, luz, agua, teléfono, salud, educación y transporte, entre otros. Y los gastos en deseos incluyen, por ejemplo, salidas a comer, al cine, comprar ropa nueva para salir, etc.

Además de clasificarlos, es importante priorizarlos.

Se puede empezar haciendo un presupuesto mensual. Identificando los gastos de alquiler, teléfono, tarjeta de crédito, supermercado… Y también listando cosas que impliquen ocio y distracción. Porque también precisamos ocio y distracción.

Revisa tus gastos mensuales contra tu presupuesto. Probablemente encontrarás desvíos. Perfecciona tu presupuesto con iteraciones sucesivas. Y al igual que un deportista, que se vuelve mejor deportista, justamente, entrenando, con cada iteración sucesiva estimarás mejor el presupuesto.

Si un mes tienes un gasto inesperado, intenta ese mes gastar menos en deseos. Intenta evitar las compras impulsivas y aprovechar los descuentos.

A medida que pase el tiempo puedes hacer un presupuesto anual (en teoría el presupuesto debería ser anual porque hay ingresos y egresos que varían a lo largo del año. Incluso hay meses en los que uno ahorra y otros en los que gastar más de lo que ingresa. Pero si el presupuesto anual está equilibrado esto no debería ser un problema. Se recomienda comenzar con un presupuesto mensual porque un año es un período demasiado largo para que la mayoría de las personas lo sostengan y lleven una contabilidad de sus gastos. Una vez se adopte un presupuesto anual, igualmente hay que tener objetivos mensuales e irlos revisando mes a mes).

Si tus gastos sobrepasan tus ingresos hay que tomar medidas. La realidad es más fuerte que la voluntad. Es matemática: si las cuentas no cierran, tarde o temprano llegará el ajuste. Cuanto más lo postergues, más doloroso será.

Y también revisa el presupuesto, porque las necesidades van cambiando.

Estos pasos van a ayudar a que cumpla los objetivos. Y a dormir más tranquilo.

Como todo, requiere práctica. Al principio lleva más tiempo, pero luego se convierte en un hábito. Práctica hace la perfección.

No es tan complicado. Requiere disciplina, planificación y práctica.

*La autora tiene 25 años de experiencia en el mercado financiero y 29 años de docencia universitaria. Es conferencista y asesora de instituciones financieras, directora independiente, columnista en diario y TV y Presidente de CFA Society Uruguay. Es economista, CFA charterholder y graduada del programa de Liderazgo de la Escuela de Negocios de Harvard.

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