Los propios internos se encargaron de realizar la limpieza de todo el pabellón para la evaluación de los daños causados por el incendio, por parte de los técnicos de la Dirección de Obras del Ministerio de Justicia.
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Los especialistas concluyeron que la planta baja, que prácticamente no fue afectada por las llamas, no representa peligro de derrumbe y volverá a albergar reclusos desde el lunes, inicialmente a 53 reos, y posteriormente se sumarán otros 15.
El jefe de seguridad de la cárcel, Gilberto Fariña, manifestó que el sector más afectado es el Pabellón C Alta, donde necesariamente algunas paredes serán demolidas. Se estima que los trabajos podrían extenderse durante cuatro meses, según las estimaciones de los técnicos.
El pabellón C Baja prácticamente no fue afectado por el incendio y actualmente se están realizando trabajos de instalación eléctrica, suministro de agua potable, y colocación de rejas para su reapertura. En ese sentido, se espera que 53 reclusos sean reubicados en ese sector a partir del lunes, y posteriormente se sumarán otros 15.
Orlando Castillo, del Mecanismo Nacional de Prevención de la Tortura (MNP), también visitó el centro penitenciario con el fin de verificar in situ a las personas privadas de libertad (PPL) que fueron reubicadas en otros pabellones.
El incendio
El incendio se registró el domingo por la noche a raíz de un cortocircuito. Esto obligó a los guardiacárceles a evacuar rápidamente el pabellón (Alta, Baja y cocina) y solicitar apoyo a los bomberos voluntarios de varias compañías de Ciudad del Este para sofocar las llamas.
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A raíz del incendio, 153 internos fueron reubicados en los diferentes pabellones de la cárcel regional y, afortunadamente, no se registró ninguna fuga.