Durante el debate quedó plenamente demostrado que el acusado cometió los abusos en repetidas ocasiones en contra de la víctima. La misma tenía solo 9 años de edad y los abusos habrían ocurrido en una vivienda ubicada en el barrio Santa Ana de la ciudad de Hernandarias.
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El padrastro trabajaba en la zona de Curuguaty y venía esporádicamente a la casa, circunstancia que aprovechaba para cometer los abusos sexuales, en el año 2020. El mismo aprovechaba la ausencia de su pareja, quien era empleada de una fábrica textil y pasaba la mayor parte fuera del hogar.
Con la llegada de la pandemia por covid-19, el hombre vino a quedarse a la casa y seguía cometiendo los abusos, aprovechando las veces que la mujer iba a la despensa. Cuando la niña cumplió 10 años, el hoy condenado consumó el acto sexual bajo amenazas. Luego, el abusador advirtió a su víctima que si contaba lo sucedido, mataría a su mamá y al hermanito menor.
Sin embargo, el niño -quien estaba al tanto de los abusos- confesó el hecho a su madre, quien indagó a su hija y la misma confesó detalladamente los abusos sufridos por más de 2 años. Además, un médico forense y una profesional del Centro de Atención a Víctimas confirmaron plenamente las agresiones sexuales.
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Tras la denuncia, el sospechoso fue detenido el 23 de octubre de 2020, siendo posteriormente procesado por la Fiscalía, que finalmente propició su condena a 18 años de prisión.
El fallo fue emitido por los jueces Evangelina Villalba, Lourdes Morínigo y Óscar Gabriel Génez. El fiscal Víctor Adolfo Santander representó al Ministerio Público.