Desde antes de la apertura de los portones de acceso, que se habilitó a las 16:30 ayer domingo, una masiva concurrencia aguardaba alrededor del estadio Antonio Aranda de Ciudad del Este para ingresar a la cita de la primera edición de Eco Fest CDE.
El festival fue abierto por la Orquesta de Cateura, que con sus melodías creadas con instrumentos de reciclaje deleitó al público. Luego, apareció la agrupación nacional Los Verduleros que contagió de energía a los presentes que cantaban y bailaban sus éxitos musicales.
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Tras una pausa de 30 minutos, la banda esteña Los Rumberos se apoderó del escenario, seguido por Kchiporros.
Atracciones internacionales
Poco después de las 20:00, empezó la primera atracción internacional con Alok. El afamado Dj brasileño apareció en el escenario con un show de luces y fuegos artificiales, que junto a temas seleccionados conformaron un imponente espectáculo durante su presentación.
Con un “portuñol” perfectamente entendible, Alok mantuvo una buena sintonía con el multitudinario público, con quien constantemente combinaba fragmentos del show mediante movimientos de brazos y luces de celulares. El artista brasileño anunció que su presentación en Ciudad del Este será parte de un documental a ser lanzado próximamente.
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Alrededor de la medianoche, el argentino Pablo Lescano y su agrupación Gamas Gratis subieron al escenario. Con sus éxitos actuales y de antes, la banda de cumbia villera hizo vibrar al público, que coreaban temas como “No te creas tan importante”, “Me vas a extrañar”, entre otros.
La organización
La agrupación Japiaguar se encargó de cerrar el festival esta madrugada con temas movedizos para el baile de la concurrencia.
La organización fue relativamente eficiente, con un sonido impecable, sectores bien estructurados, un eficaz dispositivo de seguridad interna y con servicios de sanitario y cantina. Aunque en algunos sectores la cantina quedó desabastecida temprano y los espectadores quedaron sin alimentación.
Tampoco se aplicó un riguroso control en el acceso, al no usarse detectores de metales. También se vendían bebidas en botellas de vidrio, que podrían usarse como arma.