Ciudad del Este, fundada hace 65 años en medio de una selva inhóspita, se fue proyectando hacia la construcción de una localidad que permita a las familias desarrollarse social y económicamente; sin embargo, eso llevó tiempo, trabajo y esfuerzo. La inauguración del Puente de la Amistad, en el año 1965, fue el empuje que necesitaba la región.
La nueva pasarela le dio accesibilidad al tránsito fronterizo con Foz de Yguazú, Brasil, lo que tuvo un impacto positivo en la economía, generando fuentes de ingreso y atrayendo a la gente oriunda de otros puntos del país a instalarse en Ciudad del Este, llamada anteriormente Presidente Stroessner.
Con una zona comercial en la cabecera del puente, los barrios aledaños se iban poblando cada vez más sin planificación urbana, entre ellos el barrio San Rafael, a pesar de su zona baja y riesgo de inundaciones. Los actuales moradores explicaron que este es un problema que se registra con cada crecida del río Paraná y desborde del arroyo Acaraymi.
El pasado miércoles, luego de casi cinco años, los vecinos volvieron a sufrir inundaciones. El agua avanzó rápidamente afectando a unas 100 familias, que tuvieron que salir de sus casas pudiendo salvar solo algunas pertenencias.
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Inundación, un problema de siempre
Doña Verónica Cáceres contó que vive en el lugar unos 40 años y que desde ese entonces ya se registraban inundaciones. “Cada vez que nos llega el agua nuestra única alternativa es salir, rescatar lo que podemos e instalarnos bajo una carpa hasta que las condiciones se den para que volvamos a nuestras casas”, acotó.
Agregó que este siempre fue el manejo de todos los afectados, si es que no se instalan bajo carpas, algunos van a casa de familiares, mientras que otros recurren a refugios que se habilitan en el marco de asistencias sociales que se les ofrecen.
El barrio San Rafael está situado en un terreno sumamente irregular, con zonas muy bajas, que es donde primero llega el agua. Asimismo tiene áreas con barrancos, donde se construyeron precarias viviendas; en este caso el problema se centra en riesgo de desmoronamiento en días de lluvia, como ya ocurrieron en numerosas ocasiones.
Circular por la zona en vehículo puede llegar a ser todo un desafío, por sus pendientes, calles muy angostas y falta de espacio para el tránsito peatonal.
Pobladores rechazan mudarse del lugar
De acuerdo a los datos, luego de las primeras grandes inundaciones las autoridades de la época, específicamente durante la gestión del exintendente Carlos Barreto Sarubbi, llegaron a reubicar a esos moradores afectados en otro punto de la ciudad, que hoy es el barrio 23 de Octubre.
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Sin embargo, la zona afectada de San Rafael se volvió a poblar. Con el problema a cuestas que se arrastra en cada periodo de crecida del río, se han propuesto planes de reubicación, pero son rechazados por los vecinos.
Teniendo en cuenta que se trata de un barrio pegado al microcentro, la mayoría de las familias se desempeña laboralmente en la zona comercial esteña, lo que les da una cierta comodidad en cuanto a la movilidad, por lo que hoy en día rechazan mudarse del lugar.
Ante la negativa, las labores de las autoridades solo se centran en la asistencia social de damnificados cada vez que la Estación Hidrométrica de Puente de la Amistad registra una cota de 108,00 metros, que es cuando se empieza a ingresar el agua a las primeras casas.