Los abusos presuntamente sucedieron en un inmueble ubicado en la localidad de Itakyry. Allí, la víctima vivía con el agresor con dos de sus hermanitos adoptivos que fueron abandonados por su madre, quien salió de la casa familiar presuntamente a raíz de las agresiones que sufría de parte del hombre.
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Esta circunstancia habría sido aprovechada por el sindicado para abusar sexualmente de la niña de 11 años. Los ataques se repitieron en reiteradas ocasiones, principalmente cuando el sujeto consumía bebidas alcohólicas y en horas de la noche mientras los otros niños dormían, según refiere la imputación fiscal.
Tras cada abuso sexual, el sospechado presuntamente advertía a la menor que no contara a nadie sobre el hecho o de lo contrario amenazaba que la mataría, luego pondría su cuerpo en una bolsa y tiraría en un arroyo.
El hecho salió a luz días pasados cuando los niños conocieron en una cancha de fútbol -ubicada frente a su casa- a una agente de la Policía Nacional, con quien se encariñaron los chicos. El 13 de abril último, la uniformada fue a visitar a los menores y pidió permiso al papá para llevarles durante la Semana Santa.
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El padre inicialmente se negó, aunque luego accedió a la solicitud. Una vez estando en la vivienda de la uniformada, la niña de 11 años contó primeramente a la hija de la dueña de casa que era abusada sexualmente por su papá. Posteriormente, mujer indagó a la menor y ésta se ratificó en sus afirmaciones.
Inmediatamente la policía radicó la denuncia formal en el Ministerio Público y el fiscal Edgar Benítez dispuso que la supuesta víctima sea inspeccionada por el médico forense, Dr. Javier Brítez, quien confirmó los abusos.