El punto semafórico sobre la ruta PY 02 y las avenidas paralelas San Blas y Monseñor Rodríguez, a la altura del Km 336,5 (km 6,5), están invadidos de limpiaparabrisas. Solo en esta zona están alrededor de 60; además, de un número significativo de vendedores ambulantes.
La presencia masiva estos informales es ante la dificultad de obtener un trabajo formal.
Un joven, que pidió el anonimato, reapareció esta mañana con su equipo de limpieza de vidrios en el semáforo. Dijo que trabajaba como ayudante en una construcción, pero cuando la obra terminó no consiguió otra fuente de ingreso.
“Antes trabajaba como albañil, pocero y en tareas de cambio de volante de vehículos. Tengo antecedentes y no me quieren dar trabajo por eso”, dijo Javier Benítez quien se dedica como limpiavidrio desde hace tres años.
Antes de la pandemia, los limpiavidrios llegaban a juntar hasta G. 150.000 en un día gracias a las propinas dadas por los automovilistas.
“Acá salvamos, todos llevamos algo. Prácticamente somos 60 limpiavidrios y entre todos nosotros llevamos G. 50.000, 60.000, G. 70.000, G. 80.000 por día. Y salva algo para el alquiler, la alimentación, el pañal para el hijo”, mencionó Benítez.
Los automovilistas se sienten atemorizados ante la presencia de los limpiaparabrisas y los eluden con algunas maniobras como esperar en la distancia la liberación del semáforo. Pero en horario de alta circulación vehicular, los conductores no logran evadir a los limpiavidrios. Se registraron denuncias de daños en los vehículos ocasionados por los limpiaparabrisas como represalia contra automovilistas que no quisieron aceptar su servicio.
“Hay mucha gente que nos escracha y nos dice que nosotros venimos para nuestra droga, que somos violentos, que hacemos esto y aquello, pero no es así. Ciertamente hay quien se droga acá entre nosotros, eso no vamos a negar. Pero entre todos nosotros también están los que tienen personas que lo necesitan”, refirió Benítez.
CDE: Junta aprueba ordenanza que prohíbe limpiaparabrisas en las calles
En noviembre de 2020, la Junta Municipal aprobó una ordenanza que prohíbe la permanencia de limpiavidrios en las calles de Ciudad del Este, mediante una serie de acciones interinstitucionales. Sin embargo, la normativa solo regulaba de forma superficial la problemática social.
Si bien la normativa establecía un programa de capacitación de los limpiavidrios en la escuela de Artes y Oficios para su posterior inserción en el campo laboral, la propuesta solo quedó en los papeles.