El convenio, que se encuentra en plena ejecución, ya arrojó sus primeros resultados positivos. En sus recorridos, los profesionales castrenses encontraron y desmantelaron campamentos y actividades ilegales en las áreas protegidas de la binacional.
Igualmente, la Itaipú, en colaboración con otras entidades estatales, siguió trabajando para liberar zonas ocupadas dentro de sus propiedades, como fue el caso de un inmueble en Puerto Indio, distrito de Mbaracayú. En el lugar, en julio pasado se liberaron 11 hectáreas que estaban siendo invadidas y deforestadas en forma exponencial.
También le dio especial énfasis a la capacitación de sus guardias forestales, principales responsables de custodiar las reservas naturales de la Entidad.
Un salto a la tecnología
La apuesta a la tecnología también forma parte de las inversiones de seguridad, pues se habilitaron modernos sistemas de servicios de comunicaciones para las oficinas de las reservas que se encuentran en el área del embalse de la represa. De esta forma, se fortalece la capacidad de control del patrimonio verde, pues los nuevos equipamientos permitirán un monitoreo permanente y un contacto más fluido entre los vigilantes para responder ante cualquier irregularidad.
Las áreas protegidas de la Entidad, en su margen derecha, totalizan alrededor de 87.000 hectáreas y fueron creadas para conservar y preservar la gran biodiversidad del país. Sus bosques forman parte de los últimos remanentes del Bosque Atlántico del Alto Paraná (BAAPA), donde habitan miles de especies de animales y plantas, por lo que su cuidado se vuelve fundamental. Además, funcionan como protectoras naturales del agua, insumo vital para la producción de energía en la central hidroeléctrica.