La clínica intervenida funcionaba desde hacía seis meses y no contaba con autorización del Ministerio de Salud Pública y Bienestar Social ni patente comercial expedida por la Municipalidad.
Los intervinientes encontraron en el local medicamentos como ayahuasca, un líquido psicoactivo producto de la mezcla de plantas, y el ibogaine, que es un componente alucinógeno. Ambos fármacos son de comercialización prohibida en nuestro país.
En la clínica se ofrecían terapias alternativas como la “ceremonia Ayahuasca: Un viaje interior. Un encuentro con la medicina sagrada Ayahuasca, con el objetivo de profundizar e investigar el interior de nuestro propio ser, buscando la sanación, el autoconocimiento y el despliegue de nuestros dones y talentos”, reza un anuncio de clínica en las redes sociales para invitar a una sesión prevista para este 31 de octubre.
Según la investigación fiscal, la terapia consistía en el consumo de un líquido con componentes alucinógenos para recordar experiencias traumáticas para superarlas y vencer el miedo. La sesión duraba unas cinco horas.
La intervención de la clínica fue a raíz de una de los pacientes que acudieron a la ceremonia y posteriormente sufrió algunas dolencias.