En el Hospital Integrado Respiratorio están habilitadas 34 camas de Unidad de Terapia Intensiva y 80 camas de internación normal que permanecen 100% ocupadas, desde hace varios días.
Muchos pacientes están en lista de espera, otros son llevados a centros asistenciales privados e incluso hasta la capital del país. Médicos admiten que en ocasiones se debe priorizar a pacientes más jóvenes para ingresarlo a la terapia, mientras que los pacientes mayores terminan muriendo en la espera.
Las propias autoridades de la salud habían anunciado que esta zona del país podría ser la más afectada por la pandemia, pero el Ministerio de Salud no construyó un solo consultorio. El Pabellón de Contingencia del Hospital Regional de Ciudad del Este fue construido por la municipalidad de local. Este lugar se destina para toma de muestras y atención a pacientes ambulatorios con COVID-19. La única ambulancia para el traslado de pacientes con COVID-19 también fue donada por la comuna local.
En tanto, hasta ahora el laboratorio biomolecular para el procesamiento de muestras no funciona plenamente, pues las muestras deben ser revalidadas por laboratorio central, antes de que pueda ser autónoma. La falta de laboratorio hace que los resultados tengan una demora excesiva y las tomas se hacen de forma limitada, en la actualidad, solo a pacientes crónicos.
Igualmente, no hay suficientes insumos como equipos de protección personal para los trabajadores de la salud. Los que trabajan en las farmacias, enfermerías, limpiezas no reciben insumos y mucho de ellos ya fueron afectados por el COVID-19.
Otra falencia importante es la falta de especialistas en terapias intensiva para cubrir las camas que se van habilitando. Como la falencia es a nivel nacional, se tuvo que capacitar a neumólogos y clínicos para prestar servicio en este sector.