En el primer procedimiento encontraron dos embarcaciones de madera, una de estas semisumergida y la otra en zona rocosa en la orilla del Paraná.
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La segunda intervención de la patrulla fluvial permitió la requisa de seis embarcaciones de material metálico, una de ellas hundida y las demás restantes escondidas entre los matorrales.
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Las embarcaciones fueron llevadas a la Base Naval del Este para los trámites de rigor. Los controles en el río Paraná y el lago de Itaipú se intensificaron desde el inicio de la cuarentena. No obstante, la actividad ilegal no cesa pese a los controles en ambas margenes.