Los estudiantes estaban en varios vehículos, muchos de ellos equipados con potentes equipos de sonido y algunos, cargados de bebidas alcohólicas. Los rodados fueron retenidos y derivados hasta el corralón municipal, a disposición del juez de faltas.
Entre las ilícitudes a las que habrían incurrido, señalan la exposición al peligro en tránsito terrestre, conducción vehicular en estado de ebriedad, polución sonora, intervenciones peligrosas en el tránsito terrestre, entre otras faltas administrativas.
Igualmente, la fiscala de turno, Vanessa Candia, comunicó que va iniciar un proceso penal por violación del deber del cuidado contra los padres de los menores de edad. En este caso, la expectativa de pena es de tres años de cárcel o de multa.
“Como primera medida, vamos a tratar de identificar a los jóvenes, de qué colegio son, y a sus padres”, expresó.