“Cielo de medianoche”

George Clooney dirige y protagoniza un drama de ciencia ficción totalmente carente de vida, en el que incluso las situaciones más tensas e intensas acaban aburriendo.

George Clooney en "Cielo de medianoche".Netflix
audima

(Disponible en Netflix)

Cielo de medianoche, una adaptación de una novela de Lily Brooks-Dalton y la séptima película de George Clooney como director – la primera desde la mal recibida Suburbicon de 2017 – se siente como dos filmes distintos, un drama de supervivencia contra los elementos y un filme de exploración espacial, torpemente engrapados en una sola presentación.

Clooney, que hace un tiempo parecía tener el mismo nivel de talento detrás de la cámara que el que suele desplegar delante de ella, presenta un filme sin energía o impulso, que se pierde en su tono melancólico y acaba pareciendo una pobre imitación de mejores filmes.

La historia trascurre en un futuro no muy lejano en que la Tierra ha sido devastada por una catástrofe radiactiva que nunca es explicada. En una base en el Ártico, el científico Augustine Lofthouse (Clooney) intenta hacer contacto con una nave espacial que años antes partió hacia una luna de Júpiter con potencial de ser habitable.

A medida que la situación en la Tierra empeora, Lofthouse – acompañado de una niña muda llamada Iris (Caoilinn Springall) que apareció de forma misteriosa en la base – decide emprender un peligroso viaje hacia una instalación con una antena lo suficientemente poderosa para contactar con la nave y advertir a los astronautas de que no aterricen.

Clooney desperdicia un elenco interesante liderado por sí mismo, el bello trabajo de Martin Ruhe en la dirección de fotografía, que retrata de forma muy tangible la helada desolación del Ártico; y la hermosa banda sonora del siempre confiable Alexandre Desplat en una película que más que avanzar se arrastra cansinamente por sus dos horas de duración.

El actor y director busca instalar una atmósfera de melancolía trágica, pero el filme acaba sintiéndose letárgico. Incluso en sus secuencias más intensas tanto en la Tierra como en el espacio, momentos como una letal lluvia de meteoritos que golpea a la nave o una secuencia en la que el refugio de Lofthouse e Iris comienza a hundirse en el hielo con ellos dentro, carecen de cualquier sensación de urgencia o intensidad.

Eso es particularmente extraño no solo porque Clooney ha probado ser capaz de dirigir secuencias de suspenso muy efectivas en el pasado – incluso en películas de tono más ligero como Operación Monumento -, sino porque dentro de esta misma película hay una escena, una secuencia solitaria en la porción espacial del filme, en la que el viejo Clooney, el director prometedor, parece despertar y entrega un momento genuinamente tenso y aterrador.

Pero es solo un momento, un latido de vida en un filme que durante el resto de su duración parece estar en coma.

Clooney parece inspirarse en un montón de filmes, pero acaba haciendo copias grises y difusas: algunas secuencias espaciales parecen claramente basadas en Gravedad, que el propio Clooney co-protagonizó, y la premisa de una tripulación espacial dirigiéndose hacia lo desconocido no es precisamente original, aunque filmes como Sunshine la ejecutan infinitamente mejor. Mientras en las secuencias en tierra, el filme recuerda a la excelente película de 2018 Arctic y a un sinnumero de historias en las que un hombre quebrado busca su redención en una lucha contra los elementos.

El problema es que ambas mitades de la película nunca terminan de encajar – a pesar de los valerosos esfuerzos del elenco y los intentos con mano pesada del guion de establecer un vínculo entre ambas partes, con un giro “sorpresa” que se ve venir a leguas. Quizá si Clooney hubiera decidido hacer una u otra película, un thriller espacial o un drama de supervivencia, el resultado hubiera sido mejor, pero intentar hacer dos películas en una fue un error.

Porque tanto si uno quiere ver lo primero o lo segundo, hay opciones mucho mejores: para suspenso espacial, mejor ver las ya mencionadas Gravedad o Sunshine; para supervivencia, Arctic o The Grey tienen la misma temática de redención espiritual por medio de una lucha contra la naturaleza, pero mucho mejor.

Cielo de medianoche es, lastimosamente, una pérdida de tiempo.

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CIELO DE MEDIANOCHE (The Midnight Sky)

Dirigida por George Clooney

Escrita por Mark L. Smith (basada en una novela de Lily Brooks-Dalton)

Producida por George Clooney, Bard Dorros, Grant Heslov, Keith Redmon y Cliff Roberts

Edición por Stephen Mirrione

Dirección de fotografía por Martin Ruhe

Banda sonora compuesta por Alexandre Desplat

Elenco: George Clooney, Felicity Jones, David Oyelowo, Demián Bichir, Kyle Chandler, Tiffany Boone, Caoilinn Springall, Sophie Rundle, Ethan Peck

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