Hay un montón de cosas interesantes flotando en el éter de las cerca de dos horas que dura El escándalo, la película de Jay Roach sobre los escándalos de abuso sexual que sacudieron a la cadena conservadora estadounidense de noticias Fox News hace unos años, todo tipo de reflexiones interesantes sobre el rol y la influencia de los medios en la política – y la necesidad imperiosa de una distancia saludable entre ambos entornos – o las nociones contradictorias del feminismo y los valores de la derecha conservadora estadounidense teniendo que coexistir, entre otras cosas.
Lastimosamente, apreciar esos elementos, que están siempre al margen de la historia de la película o son implícitos en vez de explícitos, se siente un poco como el equivalente de comprar un juguete y tener que limitarse a jugar con la caja porque dentro del paquete en realidad no hay nada.
El tema central de la película es la demanda de la presentadora de Fox News Gretchen Carlson (Nicole Kidman) contra Roger Ailes (John Lithgow, con un impresionante trabajo de maquillaje encima) por acoso sexual luego de su despido en 2016, y el dilema enfrentado por Megyn Kelly (Charlize Theron), la presentadora estrella del canal, que debe decidir si arriesga o no su carrera apoyando las alegaciones de Carlson.
Emulando a Adam McKay otro director de comedias que se convirtió en un realizador de películas Importantes de Comentario Social (con mayúsculas porque así se consideran a sí mismas, más allá de su calidad), Roach presenta la película con abundantes escenas de los personajes – al menos dos de ellos – hablando directamente al espectador y relatándoles las particularidades de la vida en el edificio de Fox News, con todo tipo de trucos de edición que buscan amenizar la exposición y dar cierto tono de irreverencia.
Pero el problema es no solo que un tono irreverente choca de frente con un tema tan serio como el acoso sexual laboral, sino que Roach – quizá dándose cuenta de ese problema – ni siquiera mantiene el estilo a lo largo de la película, por lo que acaba sintiéndose un producto sin convicción, a medias.
Y esa falta de confianza y coherencia permea varios otros aspectos de la película.
Aproximadamente los primeros 20 minutos de la película, aunque entrecortan intermitentemente hacia Gretchen Carlson y la otra protagonista – de la cual voy a hablar luego –, se centra en el conflicto entre Kelly y el entonces candidato a presidente de EE.UU. Donald Trump, luego de que Kelly lo presionara sobre sus repetidas expresiones misóginas durante un debate electoral.
Es una subtrama potencialmente interesante que podía explorar – y en una medida muy limitada lo hace – el conflicto en Kelly entre su oposición a la misoginia y la noción de que al mismo tiempo ella trabaja y prospera en un entorno que objetifica abiertamente a las mujeres y donde el acoso y el abuso sexual están totalmente institucionalizados, eso sin mencionar el hecho de que el político misógino al que se enfrentó es uno al que su propio canal apoya.
Pero es una trama que debería haber sido explorada con más profundidad, quizá en su propia película en vez de estar incómodamente anexada a otra historia con la que es vinculada sin demasiado ímpetu por Roach y el guión de Charles Randolph.
Y como si eso fuera poco, la película agrega un tercer eje a la historia con el personaje ficticio de Kayla (Margot Robbie), una joven y ambiciosa productora que ansía convertirse en estrella de televisión sin darse cuenta de que ascender en el canal significa tener que lidiar con el acoso de Ailes.
De nuevo la película amaga con tocar temas complejos e interesantes sobre personajes viviendo contradicciones, como el del personaje también ficticio de Kate McKinnon, una productora lesbiana y partidaria demócrata que trabaja en Fox porque es el único lugar donde pudo conseguir empleo – obviamente mantieniendo en secreto su orientación sexual – y que no puede encontrar trabajo en otro medio justamente por trabajar en Fox, y de vez en cuando tropieza con escenas bien hechas como una conversación particularmente devastadora entre Robbie y McKinnon hacia el final de la película.
Pero esa trama, más la de Kelly, más la de Carlson – de quien la película se olvida por largos períodos – y la forma desordenada en que la película va hilando sus ideas y escenas hacen que la película se sienta como un desastre a medio cocinar, tres relatos ligeramente relacionados que nunca tienen el espacio para desarrollarse bien en vez una sola película concreta y completa.
Y es una pena, porque la película ostenta un impresionante elenco con actuaciones de primera de Theron, Robbie y John Lithgow como un apropiadamente inmundo Roger Ailes; Kidman, lastimosamente, no recibe tanta atención de la película como se merece.
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EL ESCÁNDALO (Bombshell)
Dirigida por Jay Roach
Escrita por Charles Randolph
Producida por Jay Roach, Charlize Theron, Charles Randolph, A.J. Dix, Aaron L. Gilbert, Robert Graf, Michelle Graham, Beth Kono y Margaret Riley
Edición por Jon Poll
Dirección de fotografía por Barry Ackroyd
Banda sonora compuesta por Theodore Shapiro
Elenco: Charlize Theron, Nicole Kidman, Margot Robbie, John Lithgow, Rob Delaney, Kate McKinnon, Connie Britton, Mark Duplass, Allison Janney, Malcolm McDowell, P.J. Byrne, D’Arcy Carden, Alice Eve, Kevin Dorff, Spencer Garrett, Ashley Greene, Marc Evan Johnson