Fer Vázquez era un niño muy activo y feliz, que en su natal Uruguay buscaba todo el tiempo hacer cosas en las que pueda depositar su energía y su creatividad. Iba al colegio en doble turno, jugaba fútbol, y su mente estaba todo el día ocupada, obviamente siempre permitiéndose jugar.
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“Tenía un amigo que en la casa tenía un piano y unas cosas para grabar, yo iba a jugar a la casa y de repente él se ponía a tocar el piano y yo quedaba como: ‘no puedo creer lo que estás haciendo, es magia’. Y hasta hoy pienso lo mismo, es magia”.
Eso comenzó diciendo sobre su enamoramiento hacia la música, que llegó a su vida de una forma inesperada. En ese momento le dijo a su madre que quería empezar a estudiar piano, pero ella no le hizo mucho caso porque él ya estaba lleno de actividades. Pero terminó yendo y luego la historia se contó sola.
“Me gustaba expresarme a través de la música, porque capaz me costaba expresarme por fuera de la música. Empecé con 16, entonces era un poco más tímido que ahora. He ido rompiendo eso poco a poco pero en aquel entonces me expresaba más a través de las canciones, eso me impulsó”, dijo sobre sus primeros pasos estudiando y empezando a crear, ya que de chiquito escribía poemas, por ejemplo.
“Siempre me gustó mucho el arte, lo valoraba mucho, me quedaba impactado ya sea con una pintura, una canción, una edificación, un diseño gráfico, un baile, le doy mucho valor, entonces siempre fue como algo que lo traía conmigo”, pensó sobre cómo fue conquistado.
Pero al ir avanzando con la música se dio cuenta que tenía que decantarse por ese camino o por el fútbol, porque “los mundos no coincidían”. Entonces, a dos años de empezar a involucrarse en la música, decidió que ese sería su camino. “Me sentía mucho más lleno con esa posibilidad”, aseguró.
De hecho, antes de Rombai comenzó justamente con aquel amigo que tenía el piano en su casa. Estilo Libre fue la banda que armaron, con la que hacían honor a su nombre. “No teníamos un estilo característico. Hacíamos un poco de rock, de cumbia, de salsa, reggaeton, todo. Todo mal, porque estabamos empezando”, dijo entre risas.
Cuando empezó con Rombai se dio cuenta que lo suyo era la cumbia pop pero “más llevada hacia otros lugares, porque son canciones que las podés desnudar y tocar en guitarra, piano, no es que están encerradas en cumbia”, detalló.
El boom Rombai
Hace 11 años Fer creó el grupo Rombai, que de la noche a la mañana empezó a causar furor por sus canciones. Pronto la banda cruzó las fronteras y llegó a diferentes escenarios de la región, incluyendo a Paraguay.
Fer empezó a componer, demostrando que tenía mucho para contar. No obstante, ese ascenso vertiginoso fue algo que él tuvo que asimilar dandole tiempo al tiempo. “Me acuerdo de haber tenido momentos más introspectivos, me aislaba un poquito, no entendía tanto lo que pasaba y quizás me costó un poco emocionalmente a mí, quizás en ese momento no la pasé tan bien, porque habían muchos cambios en mi vida y yo tenía que asimilarlos rápidamente, con madurez y con seguridad. Era muy joven, tenía 19″.
Para él el momento fue “particular” porque sintió también que se estaba perdiendo lo que hacían sus amigos de su edad. “Pero lo volvería a intentar hacer porque era y es mi sueño. Estoy contento de cómo lo asimilé a pesar de que fue complicado. Siento que no caí en ninguna trampa de la vida, siempre tuve los pies sobre la tierra, nunca me metí en cosas oscuras, ni en drogas, ni en la noche de manera así compleja, logré sortear todas esas barreras que también están, más cuando sos joven”, refirió.
Aseguró que fue un poco difícil, pero el tiempo le ayudó a entender y poder disfrutarlo. “Hoy que tengo 30 ya pasaron 11 años desde que empecé Rombai, desde Estilo Libre ya 14, y la verdad que fue un proceso re lindo igual, sigue, como la vida sigue, tengo muchos objetivos, muchos sueños por cumplir y muchas cosas en la música”, señaló.
Herramientas
Pero ¿cómo un chico que atravesó el final de su adolescencia, el comienzo de su juventud y la adultez logra sortear todo esto sin dejarse llevar por la fama? Fer contó que a los 14 le cambió la vida que su madre le había presentado a un maestro espiritual, que le enseñó la meditación como herramienta fundamental para el equilibrio, como anticipando todo lo que vendría después.
“Siempre le agradezco a mi madre que me haya puesto en ese camino, porque siento que me ha ayudado mucho a mantenerme tranquilo y a mantenerme siempre mirando hacia adentro e intentando evolucionar. Siempre con momentos difíciles, no es que soy un superado de la vida, ni ahí, tengo muchos bajones anímicos, emocionales, muchos momentos complejos, pero sí que me ha ayudado mucho”, remarcó.
Tener ese equilibrio bien entendido, a pesar de los embates de la vida, le hizo involucrarse en la composición desde la forma más profunda y personal. No solo para Rombai, sino también para otros artistas, tanto conocidos como aquellos emergentes.
“Componer fue el inicio de todo, fue lo más natural para mí. Es lo que más me gusta posiblemente junto con subirme al escenario. A veces escribo dos a tres canciones por día, a veces no tengo ninguna idea, por un mes no me sale nada, pero normalmente me sale, me fluye. Siento que tiene sus talentos, creo que podría reconocer como que es uno de mis talentos expresarme a través de la música porque me sale más fluido”, reconoció con sinceridad y una sonrisa de orgullo que lo confirmaba.
Sus procesos de composición tienen que ver con todo lo que le atraviesa. “Es lo que siento que en cierto momento tengo ganas de expresar, lo que me esté sucediendo, tanto consciente como inconscientemente. Hoy más que nunca a través de las redes sociales muestro incluso más de lo que saco, de repente se me ocurre una idea ahora, agarro un piano, la subo. ‘Esta es la idea de hoy’, comparto. Entré mucho en esa dinámica de no prepararlo tanto, que cada vez fluya más, que sea natural. Funciona. Yo creo que cuando sos genuino y auténtico siempre funciona”, consideró.
Trabajar por y para otros
Así como dijo, y basta con seguirlo en redes sociales, que podremos verlo a Fer presentando sus canciones y las de otros artistas. Colaborando, siempre dando una mano ya sea en lo lírico, musical o en la producción.
“Me gusta mucho trabajar para otros, por este amor al arte que tengo yo. No me importa si el artista es conocido o no, yo veo el talento y digo: ¡guau! esto es increíble, me gustaría poder mostrárselo por lo menos a mi círculo, a la gente que me sigue, compartirlo. Y ¿por qué no ayudarlos? Eso también me llena, me hace feliz, más allá de hacer música, hacer buenas acciones, ayudar a la gente, y eso es una sinergia porque ellos me ayudan también a mí”, manifestó.
En ese sentido, dijo que se corre completamente del lugar del ego y sabe que no lo está haciendo pensando en que él es alguien que ayuda y otro el ayudado. “No lo veo así, lo veo como que nos ayudamos. Vos tenés un talento que a mí me parece que está bárbaro y yo quiero colaborar contigo, juntos vamos a hacer algo que está muy bueno. Sí me gusta estar en esa posición de decir: quizás nadie le ha dado la oportunidad a esta persona, capaz sí soy el primero y me llena estar en esos primeros pasos de los artistas”, consideró.
Al respecto, vio como hoy en día en la industria musical “hay mucho ego y hay mucho: ‘no te ayudo’, porque sienten que hay un espacio resumido en lo que podría llamarse éxito, cima, o hay un top 50 de cada país, entonces sienten: ¿por qué le abriría la puerta a otro si me puede robar mi espacio? Espacio, entre comillas. Pero yo no creo que sea así, por lo menos no me limito con este pensamiento y si el día de mañana ayudo a alguien y ese alguien (que me ha pasado) la rompe y está ahí en el top 50 y yo no estoy, hay tiempos para todos. Si tenía que ser así es el destino. No es algo que no controlo, además, si el otro brilla estoy muy feliz. El sol sale para todos”, reflexionó.
Un presente y un futuro luminoso
Así, Fer ve con muy buenos ojos su presente, que lo disfruta mucho, como el día en que nos sentamos a conversar porque vino al país para ser parte del show de apertura de los IV Juegos Latinoamericanos de Olimpiadas Especiales, realizado en octubre.
“A veces hay que proyectarse un poco pero es verdad, hay que controlar la ansiedad, encontrar el equilibrio”, pensó, para luego adelantar que está anticipando al verano, pensando en canciones alegres y divertidas para musicalizar dicha época del año. En paralelo sigue de gira, lo que siempre lo “motiva mucho” porque así está en conexión constante con la gente. “Me da shots de energía, me da ideas para poder componer”, señaló.
“Me gusta también, personalmente, buscar el equilibrio, creo que es la primera vez en mi vida también que estoy pensando en las vacaciones de enero con mis amigos. Suelo estar muy enfocado en las canciones, me cuesta prestar atención a otras cosas, porque siempre estoy en mi nube creativa”, observó.
No obstante, dijo que con el pasar de los años ve cómo cumple sus sueños y eso le da más tranquilidad para planear otras cosas, en constante equilibrio.
“También quiero pensar a dónde voy con mis amigos, formar parte, compartir tiempo con ellos, porque también la vida es eso y eso es muy lindo. No solo tengo que estar en mi nube creativa, capaz que uno va madurando y entendiendo eso también. Al comienzo no podía pensar en eso porque estaba en una turbulencia especial, linda, pero turbulencia al fin. Ahora encontré un punto de equilibrio. Lo llevo mejor. Sí hay que trabajar pero también hay que compartir tiempo con la familia, los amigos, para el deporte que es salud, para meditar que es salud espiritual, física y mental, hay que encontrar el tiempo para todo y si no lo encontrás, lamentablemente es una excusa, porque hay que encontrarlo para estar bien”, cerró.