La arpista paraguaya explica que la palabra “Motumbá”, que da nombre a su disco, nace de la lengua yoruba, del pueblo de Nago, en la antigua África, y su significado es “pedido de bendiciones”.
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El proyecto, que culminó con un álbum de diez obras, “se genera a través de un deseo de mantener viva una de las culturas musicales ritualistas que influencian a casi toda Latinoamérica, los toques de tambor y cánticos utilizados por religiones de descendencia afro brasileñas, que a través del tiempo se han expandido por diferentes territorios, tanto en nuestro país como en los países vecinos”, según menciona la artista.
“De allí que la reversión para este proyecto toma esos “puntos” que tienen raíces afro brasileñas y cantos ofrecidos a los seres de la naturaleza dentro de la corriente tupí guaraní”, señala.
“Estas músicas sagradas, si bien están disponibles a todo quien quiera oírla, son poco conocidas, ya que son utilizadas en ritos de religiones como la Umbanda, Jurema, Cabinda, entre otras, que contienen tanto influencia africana como brasileña. Los toques que acompañan a sus ritos sagrados se originaron desde la aparición de estas religiones en Brasil, con marcado acento de la presencia de los africanos y de los indígenas”, profundizó Ramírez.
Tras la recopilación y reversión de estos puntos sagrados, señaló que “cualquier persona puede disfrutar de las obras, tanto en rituales, meditaciones o simplemente en lo cotidiano, encontrando así una conexión con nuestra riqueza cultural y espiritual”.
“Este material está constituido principalmente por una mezcla de esencia ritualista y un estilo contemporáneo, con características de música experimental, desarrollando una combinación de sonidos que relajan y despejan al oyente”, dijo.
Asimismo, invitó al concierto de este miércoles donde tendrá como invitados a Laura Machuca y Maino’i Colectivo Escénico. Además, estará acompañada por los músicos Wladimir Woitas, Dani Pavetti y Carlos Centurión.